*** Al cumplirse 10 años de la muerte del líder opositor al régimen cubano, Oswaldo Payá, su hija -al mando de Cuba Decide- recuerda su legado y alerta sobre la grave situación que vive la isla.
Por Lucía Vázquez Ger – El Libero
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y ex Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, recordó a un cubano al momento de argumentar su voto por el Apruebo para el plebiscito de septiembre. Citó al cantautor Pablo Milanés con sus versos “no es perfecta, mas se acerca a lo que yo simplemente soñé”. Y es precisamente otra cubana, la activista Rosa María Payá quien denuncia hoy cómo Bachelet “ignoró” al pueblo cubano.
En entrevista con El Líbero, la disidente cubana y líder de la iniciativa Cuba Decide y fundadora de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, conversa sobre el aniversario de la muerte de su padre, Oswaldo Payá, y la actual situación de la isla.
Hace pocos días se cumplió un año de lo que parecería anunciar un cambio en el pueblo cubano. El 11 de julio de 2021 miles de cubanos salieron a las calles a protestar contra las restricciones a los derechos y libertades en ese país.
Organizaciones internacionales, periodistas y activistas reportaron cómo el régimen respondió con una represión brutal.
Según cuenta Rosa María Payá, muchos de los detenidos del 11J fueron además torturados y algunos de ellos todavía lo son. Por ejemplo, dice, José Daniel Ferrer, líder opositor dentro de la isla, estuvo 35 días desaparecido dentro de la prisión, sin conexión ninguna con su familia, que lo pudo ver después durante dos minutos. Estuvo en huelga, está en una celda tapiada, sometido a torturas psicológicas y a ruidos constantes. Relata también que hay niños de entre 16 y 17 años y al menos unas 130 mujeres condenadas a prisión por haber salido a la calle gritando libertad. “El terror que están viviendo estos héroes del pueblo cubano y sus familias es constante y es extremo”, sostiene Payá.
Pero la noche no será eterna, titula el libro de Oswaldo Payá, padre de Rosa María y férreo activista, disidente cubano y defensor de la democracia, los derechos humanos y la libertad en Cuba, reconocido y galardonado internacionalmente y nominado en distintas oportunidades al premio Nobel de la Paz. Oswaldo temió por su vida y lo dijo públicamente. Hoy 22 de julio se cumplen 10 años de su fallecimiento y su hija comenta sobre su legado y sobre la situación actual general de la isla y el pueblo cubano.
-¿Qué ocurrió ese 22 de julio de 2012?
-Mi padre sufrió amenazas de muerte durante toda su vida. Pero en los últimos años las amenazas fueron más intensas y en el último año de su vida sufrió varios atentados. Uno de ellos fue junto a mi madre, unas semanas antes del atentado que terminó con su vida. Ese día ellos estaban viajando en un auto junto con dos extranjeros. La única manera que mi padre tenía para viajar por la isla era cuando extranjeros amigos visitaban la isla y podían entonces alquilar un auto que no le alquilarían a mi padre y le servían de chofer. Eso pasaba muchas veces al año, muchos amigos de diferentes partes del mundo, sobre todo con jóvenes que iban a conocer a mi padre porque admiraban su trabajo. Se quedaban dos o tres días ayudando de esa manera al Movimiento Cristiano de Liberación y al movimiento democrático cubano en general.
Esta vez lo seguían agentes de la Seguridad del Estado, como casi siempre pasaba. Yo estaba acostumbrada a salir con mi padre y que nos siguieran. La diferencia es que uno de los autos que los seguía en dicha ocasión, los embistió por detrás y los sacó de la carretera. La evidencia que sabemos a partir de los testigos y a partir también de los sobrevivientes y de las pocas pruebas a las que hemos tenido acceso, es que agentes de la Seguridad del Estado sacaron inmediata y violentamente a los extranjeros y separaron al grupo. Todavía estamos esperando que formal o informalmente nos entreguen el informe de autopsia de mi padre y de Harold Cepero.
Toda esa información está en los informes legales, en la audiencia pública que tuvimos con la CIDH en diciembre del año pasado. En mi perfil de Facebook está la audiencia completa con toda la información, con todas las pruebas, los testimonios, las evidencias, las pocas evidencias periciales que existen. Lo que existe es suficiente para demostrar la que mi padre y mi amigo Harold Cepero, que tenía 32 años en el momento en que fue asesinado, murieron como resultado de un atentado perpetrado por agentes de la Seguridad del Estado de Régimen Cubano, cuyas órdenes en el año 2012, en julio del año 2012, solo pudieron venir de parte de Fidel y Raúl Castro directamente en ese momento, con la intención precisamente de eliminar al hombre y a su obra. En ese sentido fracasaron.
-¿Y cómo sigue vigente hoy el legado de su padre?
-Hemos visto renacer el legado de mi padre en el pueblo cubano. Hemos escuchado a los jóvenes manifestarse, repitiendo frases de mi padre frente al Ministerio de Cultura, exigiendo el derecho a tener derechos. Hemos visto cómo esa movilización ciudadana con la que tanto trabajó mi padre, que movilizó a decenas de miles de cubanos para reclamar sus derechos, se repite ahora por cientos de miles de cubanos en las calles reclamando precisamente esos mismos derechos por los que por los que mi padre y Harold entregaron la vida.
-Hace 63 años que está vigente el régimen cubano. Según su visión como cubana, como activista y como disidente. ¿Qué factores han hecho posible que siga vigente este régimen autoritario en Cuba?
-El régimen cubano llegó por la violencia y se ha mantenido por 63 años por la violencia y por la represión. La voluntad del pueblo cubano, sobre todo después del 11J, es muy clara y es una voluntad de cambio de sistema. Yo creo que esa voluntad ha estado ahí por décadas. Estamos hablando de un Estado con todo su poder, con todos sus recursos, con todos sus ejércitos, con todas sus agencias represivas, contra las familias que es al final lo que compone esta sociedad de poquito más de 11 millones personas que viven dentro del país en este momento. Es un pueblo desarmado frente al terror, frente al terrorismo de Estado. Yo creo que esta es la razón fundamental, sobre todo en los últimos años, lo que sostiene al régimen en el poder. De hecho, es un régimen tan débil que lo único que tiene es la violencia frente a sus ciudadanos. No tiene respuestas ni propuestas.
La vida del cubano en este momento cuesta diez veces más de lo que costaba hace poco más de un año. La realidad de miseria de mi país es dramática. El año pasado, según el índice Hanke, Cuba fue el país más miserable del mundo. La situación socioeconómica es tan grave como la situación política, y es su resultado: de que no haya una posibilidad para el ciudadano medio de prosperar como fruto de su trabajo, porque simplemente está totalmente privado de derechos fundamentales como son el derecho a la propiedad o a la empresa privada, a expresarse libremente, a salir y entrar del país libremente, o a educar sus hijos en la manera en que se estime conveniente.
A esta realidad hay que agregarle una serie de factores relacionados con la propaganda comunista y con el apoyo que ha tenido el régimen cubano desde sus inicios. Primero, desde el bloque soviético y sus apoyos económicos. También, recursos del pueblo venezolano que han sido enviados de manera sistemática al régimen cubano y que, por supuesto, no se han invertido en el pueblo cubano, sino en el aparato represivo, en la maquinaria propagandística y en la infiltración política en el resto del hemisferio y el mundo.
Al interior es un régimen de terror. Es una cultura del miedo que se traduce, decía mi padre, en una cultura de la simulación. El ciudadano no dice lo que piensa, pretende todo el tiempo, porque si no lo hace sabe lo que le puede costar. Yo creo que ese miedo se rompió de manera irreversible en nuestra sociedad. No es que no tengamos miedo, es que no nos estamos dejando dominar por él. Y lo vimos el 11 de julio. Hay un antes y un después de esa represalia en mi país.
-¿Qué ha cambiado en los cubanos que ahora la gente ha salido a protestar masivamente, a reclamar sus derechos, qué ocurrió en fondo en el tejido social?
-Creo que lo que cambia es el pueblo, la gente. Eso es un paso fundamental, esencial. Nada pasa sin los cubanos, decía mi padre. No hay cambio real sin los cubanos. Por eso todo eso que vivimos con el cambio de política con la administración Obama, los cambios de Fidel a Raúl, de Raúl a su títere Díaz-Canel, nada de eso es un cambio real porque cada una de estas etapas incluye, en primer lugar, al pueblo cubano, y ese pueblo quiere un lugar en la mesa y lo está exigiendo al mayor costo posible, la propia vida. Hay más de mil presos políticos en este momento. Aún con la miseria galopante que hay en nuestro país, aún con el terrorismo de Estado aplicado todos los días, la semana pasada vimos a la gente nuevamente en la calle, en varios lugares del país.
La situación es muy difícil, no creo que sea sostenible para el régimen cubano. El pueblo cubano está sufriendo en grado extremo y está viviendo todos los días un peligro extremo. Y no hay respuesta internacional, no hay apoyo internacional al nivel que debería existir. No entendemos cómo las pocas democracias reales que quedan en nuestra región no entienden la gran oportunidad que el pueblo cubano está por ver.
-Vamos al tema internacional. ¿Cómo evaluaría la gestión de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet?
-Si la evalúo a partir de lo que está pasando en la región, es totalmente ineficiente y deficiente. Lamentablemente nuestro pueblo en particular ha sido mayormente ignorado por la Alta Comisionada de Derechos Humanos. Las razones tendrá que darlas y explicarlas ella. Hace poco y por primera vez tuvo una reunión de unos minutos con algunos activistas cubanos. Después del 11 de julio vimos alguna declaración, pero estamos hablando de la dictadura más larga de nuestra región, del único totalitarismo comunista en nuestro hemisferio que asesina a sus oponentes. Y en ese sentido hemos tenido muy poco o ningún apoyo de parte de la Alta Comisionada.
-¿Qué opina de las recientes declaraciones del Papa Francisco quien dijo “tengo una relación humana con Raúl Castro” y “Cuba es un símbolo”?
-Cuba es un símbolo del terror, de la represión, de la avaricia, de la codicia, de la descristianización y esto lo sabe Su Santidad. Cuba es un símbolo de muerte. Es muy doloroso para el pueblo cubano, que no es un pueblo intrínsecamente católico, pero que cuando escucha al Papa espera solidaridad. Es muy doloroso para los católicos cubanos. De Su Santidad esperamos compasión, esperamos caridad. Es muy dramático porque el mundo escucha cuando el Papa habla y estas declaraciones respondían a la pregunta “¿Cuál es el mensaje para el pueblo cubano?” En esas declaraciones no escuchamos un solo mensaje para el pueblo cubano. Esas declaraciones dejaron abandonado al pueblo cubano, dejaron abandonados a los más de mil presos políticos, a sus familiares, dejaron indefensos a los cubanos y omitieron las aspiraciones más legítimas y más básicas de nuestro pueblo, por la democracia, por la justicia social, por la libertad, por la paz. Es realmente muy doloroso escuchar que cuando se le pregunta por el pueblo cubano lo que tiene que confesar es una relación humana con el representante de una dictadura asesina, asesina de tantos cubanos. Asesina de mi papá y de Harold. Creo también que son declaraciones injustas con muchos sacerdotes, religiosas, y laicos cubanos, que sí está acompañando al pueblo cubano en el camino de liberación.
-Recientemente, el Presidente de Chile, Gabriel Boric, declaró que no estaba de acuerdo con la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua de la Cumbre de las Américas. ¿Qué opina al respecto?
-La Carta Democrática Interamericana es muy clara y habla del derecho de los pueblos a la democracia y no de los dictadores al poder. Con lo cual aquí no hubo ninguna exclusión, aquí se cumplieron las reglas y de hecho sí se invitaron a representantes del pueblo cubano. El pueblo cubano no tiene representantes electos desde hace 70 años. Hace más o menos esa cantidad de años que en mi país no hay elecciones libres, justas y plurales. Creo que es muy importante usar los mecanismos que quedan en nuestros sistemas legales, nacionales e internacionales. Al menos eso. Si no existe la voluntad política para tomar acción en solidaridad con el derecho a la democracia de los pueblos, al menos respetar las reglas dentro del sistema interamericano y no invitar a la mesa a aquellos que están todos los días violando esos derechos.
La invitación al Presidente Boric a ponerse del lado del pueblo cubano y a tomar acción para ayudar a ese pueblo que quiere lo mismo que quiere pueblo chileno, que quiere vivir en paz, en democracia y en libertad.
-El libro de su padre se titula “La noche no será eterna”. ¿Cuál es el camino para terminar con esta noche en Cuba? ¿Cuál cree que es el rol del pueblo cubano y de la comunidad internacional?
-El pueblo cubano es el protagonista. Nosotros como cubanos somos los protagonistas de nuestra historia y no estamos evadiendo el papel, no estamos evadiendo el rol, todo lo contrario. Y el mundo ha podido verlo en los últimos años y sobre todo en el último año.
Lo único que nos queda a los cubanos, es la desobediencia civil, el estilo de Martin Luther King. Y eso es lo que estamos asumiendo con un camino muy claro, con una transición ordenada, con una propuesta de plebiscito vinculante para cambiar ese sistema de manera institucional y ordenada. Pero esto lleva un paso determinante aquí y es forzar a ese régimen criminal a someterse a la voluntad soberana de la ciudadanía.
Eso se logra en primer lugar con la movilización ciudadana y con lo que estamos diciendo dentro y fuera del país. Pero eso requiere también el apoyo y la presión de la comunidad internacional. Hay una pinza entre la que tenemos que poner a ese grupo de mafiosos que está en el poder en Cuba. Y esa presión es diplomática, es política. Es el rol que tiene que tomar la comunidad internacional en este momento. Además, no es un rol nuevo. Eso pasó, o por lo menos en alguna medida, para ayudar al pueblo chileno a salir de la dictadura, o para terminar el régimen del apartheid en Sudáfrica. El mundo se unió para ayudar a terminar ese régimen y son ejemplos exitosos. Bueno, los cubanos queremos lo mismo, los cubanos queremos derechos, queremos libertad, queremos democracia y además en este momento hacerlo por el pueblo cubano significa hacerlo por todas las Américas, por el pueblo venezolano, por el pueblo nicaragüense, por el pueblo boliviano. De ninguno de esos dramas estaríamos hablando sin la acción del régimen cubano y de su aparato de inteligencia.
Si queremos una región estable, si queremos una región en paz, si queremos una región libre y democrática ciudadanos libres, bueno, pues tomar acción solidaria en favor del pueblo cubano es un paso de autopreservación.