***El allanamiento al expresidente ha desatado una tormenta política en Estados Unidos.
Por Pete Romero
El ex presidente estadounidense Donald Trump mintió cuando dijo que el FBI había irrumpido en su mansión para hacer una redada “sin anunciarse”.
Se supo que el FBI le había presentado la víspera con una copia de la orden de registro y lo había coordinado con los servicios secretos. Su abogado estaba presente. Los agentes llegaron vestidos de traje para no llamar la atención de los selectos huéspedes del club Mar-a-Lago, que sirve de mansión al ex presidente.
Quien desató el escándalo fue el propio Trump, cuando el registro ya llevaba horas procediendo de forma ordenada. “Mi hermoso hogar de Mar-a-Lago, en Palm Beach, está en este momento siendo atacado, asaltado y ocupado por un amplio grupo de agentes del FBI”, dijo en un comunicado que envió a todos los medios de comunicación, su micrófono desde que está vetado de Twitter por difundir mentiras. “¡Hasta han irrumpido en mi caja de seguridad!”, dijo.
Su testimonio es la única fuente de que el FBI rompiera la cerradura de su caja de seguridad, porque el Departamento de Justicia es hermético con respecto a una investigación tan sensible que guarda con máximo celo. De hecho, Trump podría mostrar la copia de la orden de registro que guarda en su poder, pero no lo ha hecho. “¡Un día más en el paraíso!”, suspiró en una llamada a la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin, a la que apoya en su candidatura al Congreso. Acto seguido, volvió a su actividad favorita: hacer campaña electoral.
El expresidente también se ha apresurado a utilizar la “redada” en un email de recaudación de fondos que ha llegado este martes a los buzones de todos sus seguidores con una invitación a donar y otra llamada velada a las armas. “No era mi casa, era la casa de cada patriota estadounidense que ha estado luchando por este momento desde que bajé en 2015 por las Escaleras Doradas” (de la Torre Trump en Nueva York para anunciar su candidatura electoral). “Necesito que cada Patriota Americano con sangre roja dé un paso al frente”, convocó. “Esta anarquía, esta persecución política y esta caza de brujas tienen que acabar”.
Los legisladores de su partido ya han respondido a su llamado con la promesa de que cuando ganen la Cámara Baja en las elecciones de noviembre, como auguran las encuestas, abrirán una investigación al Departamento de Justicia, al que acusan de haberse convertido en “un arma política de los demócratas”. Es la primera vez en la historia que la casa de un expresidente ha sido registrada con orden judicial, aunque ciertamente tampoco ha habido antes ningún mandatario como él.
Trump no estaba ese día en su paraíso de Florida, sino en su torre de Manhattan. Se preparaba para dar testimonio en un tribunal del distrito neoyorquino, donde el fiscal Alvin Bragg investiga a su empresa por mentir en las solicitudes de préstamos bancarios para obtener créditos más favorables. En la misma línea, la fiscal general del estado, Letitia James, investiga si Trump y sus hijos inflaron el valor de sus propiedad. La vista tenía que haber ocurrido el 15 de julio, pero fue pospuesta debido al fallecimiento de su ex esposa Ivana Trump, a la que enterraron en el campo de golf de su propiedad en Bedminster (New Jersey). Ahí es donde los que intoxican las redes sociales creen que el FBI debería buscar los documentos que faltan, en el ataúd de la matriarca.