La política económica implementada por Truss causó hasta la caída de la libra por lo que en el Partido Conservador ya le buscan sustituto.
Por José Piñeiro
El Partido Conservador de Reino Unido puso sobre la mesa la posibilidad de reemplazar a la actual primera ministra, Liz Truss con una candidatura conjunta de Rishi Sunak y Penny Mordaunt.
Tras apenas un mes de haber llegado al poder, Truss se encuentra bajo presión por parte de importantes miembros de su partido, quienes supuestamente estarían planeando un reemplazo, a medida que crece la especulación de que sus días están contados.
Los miembros del partido predicen que un pacto entre Sunak -que perdió ante Truss en la votación interna- y Mordaunt -quien se erigió la tercera en la contienda por el liderazgo- tendría el apoyo de la “abrumadora mayoría de diputados conservadores”.
Fuentes consultadas aseguran que más de una veintena de exministros y altos diputados están planeando decirle a Truss que renuncie. Se supo que “Las conversaciones se están intensificando”.
Según encuestas de YouGov, casi la mitad de los que votaron por los conservadores en las últimas elecciones quieren que los parlamentarios del partido expulsen a Truss.
El 62% indica que los miembros del partido tomaron una decisión equivocada al votar por la líder, mientras que el 43% quiere que el partido instale a un nuevo primer ministro.
El ministro de Exteriores británico, James Cleverly, alertó este jueves de las “desastrosas” consecuencias que acarrearía sustituir a Truss en el cargo, algo que tildó de “mala idea, no solo políticamente, sino también a nivel económico”.
“Esto es lo más importante del presupuesto, Truss dijo que protegería a las personas y los negocios ante el aumento sin precedentes del precio de la energía. Eso es lo que está haciendo”, señaló Cleverly, en un nuevo intento de defender la polémica política económica prometida por el Gobierno, que prevé bajar los impuestos sin recortar el gasto público.
Sin embargo, el Gobierno ha prometido que no habrá más cambios en la política presupuestaria después de que los anuncios de Downing Street provocaran una sacudida del mercado y la caída de la libra.