El precandidato presidencial sostiene que debe avanzarse hacia un cambio político que incluya a todos en el país, sin dejar por fuera al chavismo y al PSUV.
Por José Gregorio Yépez – Contrapunto
El Precandidato presidencial Antonio Ecarri asegura que debe haber un cambio en la manera de hacer las cosas para lograr el cambio político y plantea crear un espacio donde se encuentren “los desencantados del chavismo” y los “desencantados de la oposición”.
Se asume un defensor del mercado, pero señala que no es un dogmático para encerrarse en cuestiones doctrinarias “porque el mundo cambió”. Sostiene que el país “necesitará salidas mixtas y de sentido común. Necesitamos programas de asistencia social, e insisto, necesitamos programas centrados en la educación y esos no pueden ser dados solo por el sector privado”.
Cataloga la coyuntura venezolana como “una catástrofe social” y alerta que “no pueden perder la condición de refugiados las personas que está migrando. Lo que ha ocurrido en la frontera de los Estados Unidos es muy grave. La primera petición es que los dejen entrar y lo segundo es hacer unas medidas de emergencia que le devuelvan a la gente la esperanza de cambio, porque esa es la mejor manera de evitar las migraciones”.
“Seguir en una política migratoria que le cierra las puertas a los herederos de una cuantiosa renta petrolera por falta de patrocinio, mantener las sanciones y el interinato no nos lleva a ningún parte”, sentencia el dirigente de la Alianza del Lápiz, mientras se toma un café negro sin azúcar antes de comenzar la entrevista.
-Aspira a ser presidente de una Venezuela que vive una crisis que nadie quiere tener. ¿Usted se volvió loco o sabe algo que los demás venezolanos no sabemos?
-Solo a los que catalogaron de locos fueron capaces de generar un cambio.
-¿Qué buscan en la Alianza del Lápiz con su candidatura?
-Queremos romper con esa “sociedad de lo uniforme”, la sociedad del cansancio. Esa sociedad en la que como que todo es igual, es liso y todo aquello que incomoda es rechazado. Nosotros debemos comenzar por ahí, hablándole a la gente con la verdad, rompiendo los esquemas de “los mismos” haciendo “lo mismo”, para que “siga pasando lo mismo”. Nosotros queremos sustituir los rostros del conflicto.
-¿Quiénes son los rostros del conflicto?
-Los que durante 23 años han estado allí. Incluso hasta antes. Son los mismos que controlaban las cúpulas de AD, de Copei y, que partir del año 2000, se suman a ellos algunos integrantes de Primero Justicia. Luego está la facción de Voluntad Popular. También la división de Acción Democrática con Un Nuevo tiempo, pero son los mismos nombres con las mismas sillas. ¿Cuál es el tema? Este es un país que cambió. Cambió económicamente, socialmente y hoy tiene otros retos como es tratar de sobrevivir en esta hecatombe que estamos padeciendo y eso necesita nuevas respuestas. Eso genera la necesidad de nuevos movimientos.
-Pero usted tampoco es nuevo en esto.
-No soy nuevo en esto, pero no he sido el protagonista de la novela.
-Ahora quiere ser galán de la película y que por lo menos se equivoque otro.
-(Risas) Nosotros nos hemos venido preparando para asumir un rol protagónico. Hemos estado 15 años en la capital de la República donde se resumen los problemas más graves de la gente, pulseando con los factores alrededor del poder, conviviendo con colectivos, con grupos armados, con la delincuencia, con la pobreza. Hemos visto como el país se nos iba cayendo de las manos después de una bonanza petrolera. Es decir, esa experiencia que fui viendo desde la tercera fila ahora me hace tener las condiciones para poder pasar a la primera.
-¿Cómo construir una coalición que capitalice esas ganas de unidad que tiene el pueblo opositor y que lo reflejan las encuestas? Usted dice que no se va a medir en unas primarias.
-Yo pienso que estamos haciendo una mala lectura de las encuestas. Ellas dicen unánimemente que los actores del conflicto, los rostros del conflicto, todos, tienen un rechazo del 80%. Es decir que tiene que surgir un movimiento que rompa la polarización y pueda alcanzar una nueva mayoría.
-¿Donde esta esa nueva mayoría?
-Está en los desencantados de un lado y del otro. Los desencantados del chavismo, que hoy se sienten frustrados por lo que ha ocurrido; los decepcionados de la oposición, que somos muchos. Tenemos la necesidad de construir una plataforma en la que nos encontremos.
-¿Cómo se construye esa plataforma?
-Con ideas. Yo creo que el punto en el que podemos unir a los venezolanos es la educación como factor transformador para el país. Y en eso tienes un esquema completo: Desde la industria petrolera hasta el manejo de la economía.
Ecarri se pregunta: “¿Cuál es el concepto más moderno de economía, pasando las páginas de las viejas definiciones del pasado?” Y se responde diciendo que es “la economía del conocimiento”.
“Tanto la izquierda como la derecha -las modernas- están hablando de esto. Hablan de la economía del conocimiento, de la economía del talento humano. De que la única forma de hacer crecer el Producto Interno Bruto de un país es a través del talento de su gente”, sentencia.
-Perdóneme, pero esas frases no resuelven la urgencia de quien está metido en sus cuatro metros de necesidades inmediatas. Eso que nos ha dicho suena a muy largo plazo.
-Sí, pero tú necesitas esperanza. Hay planes en los que si tú sabes hacia dónde vas, sabes cuál va a ser el primer paso. Vamos a transformar a Venezuela en una economía del conocimiento y en una economía desarrollada, eso puede tardar una generación, pero hay que comenzar ya. Lo que sí sabemos en el “Lápiz” es hacia dónde vamos.
-¿Cuál es ese primer paso?
-Planes de emergencia social que hay que adoptar.
-¿Cuáles y con qué?
-Tienen que ser con los recursos de Venezuela que están congelados en el exterior y que tienen que ver con el manejo de la industria petrolera. Si aquí viene un proceso de apertura de la industria petrolera, deben crearse unos fondos que financien servicios básicos que hoy los venezolanos no tienen.
-¿Por ejemplo?
-Yo me he estado percatando de que a pesar de que nos estamos inundando, no hay agua. En las casas de Caracas hay gente que come y guarda el plano en la nevera porque no hay agua. Todas esas calamidades del día hay que irlas resolviendo, pero con un plan claro. El primer paso para alcanzar el desarrollo es la estabilidad. Necesitamos estabilizar a Venezuela y normalizar el país.
-¿Para eso se necesita plata?
-Plata y voluntad política. Hay que construir convivencia política. Nadie va a traer un centavo a Venezuela si nos estamos matando. Tienes que crear las condiciones de estabilidad institucional para traer recursos. Hay más de 300.000 millones dólares de venezolanos en el exterior. ¿Cómo los traes? Evidentemente hay que tener unas reglas de juego transparentes para hacerte atractivo a las inversiones. Hay que hacer una reforma fiscal, que puede hacerse de inmediato.
Respecto al tema monetario Ecarri es partidario de “terminar de dolarizar la economía venezolana. El hecho de tratar de recuperar el bolívar nos ha costado millones de dólares, pero además ha costado la depreciación del salario mínimo del trabajador venezolano”.
“El bono de los maestros cuando lo pagaron yo me dije: ¡Ay papá! Esos van a prender la máquina del Banco Central. Porque cuando ves que adquieren un compromiso laboral y no tienen la certificación de Tesorería, evidentemente no contaban con los recursos para pagarlo. Es decir que cuando decretaron el aumento ellos “no sabían” que no tenían plata. Lo que demuestra una gran irresponsabilidad, porque no puedes adquirir un compromiso si no tienes la disponibilidad financiera para ello”, señala Ecarri.
El dirigente de la Alianza del Lápiz anunció que van a proponer un nuevo mecanismo, “un fondo de financiamiento porque el tema de Venezuela tenemos que arreglarlo ya. Hay una emergencia. Tenemos más éxodo de venezolanos que de ucranianos. Ellos están en una guerra y los herederos de una cuantiosa renta petrolera están siendo expulsados de los Estados Unidos por falta de patrocinio. Eso no se entiende”.
-¿Qué hacer entonces?
-¡Hay que resolver el conflicto ya!
-Para eso se requiere trabajo político. La oposición demostró en 2015 que unida puede vencer al oficialismo cuando le dieron una tunda. El 76% de la población quiere votar, según cifras de Delphos en el primer semestre, pero también dice que si no hay unidad no tiene estímulos para hacerlo y usted no se quiere medir en primarias.
-Pero tampoco quiere ver a los mismos. Fíjate que coincide. Todo está alrededor del número 80. El 80% quiere votar, el 80% rechaza a los mismos, el 80% rechaza al chavismo y a la oposición, entonces no puedes jugar igual que en el 2015. Tiene que surgir un nuevo movimiento que aglutine ese 9 a 1, que quiere algo nuevo en Venezuela. Y “El Lápiz” quiere ser eso nuevo. Ese nuevo planteamiento sucederá cuando pongamos esas nuevas reglas claras.
–¿A qué se refiere exactamente con eso?
-Nosotros queremos un cambio constitucional, democrático, electoral, en paz de convivencia, de mayoría popular. Construir esa mayoría popular que es la única que puede hacer que ganemos esas elecciones en 2024, que cobremos la victoria y que podamos gobernar. Cuando se cumplan esos tres pasos fundamentales tendremos la nueva Venezuela. Tienes que darle a la gente una ruta clara.
Ecarri hace una pausa. No duda, solo pareciera tomar impulso para sentenciar que: “Lo que pasa es que el tema de la “unidad” se convirtió en un gran chantaje de cuatro radicales que impiden que haya un cambio pacífico en Venezuela. Hay que decirle a la gente que un golpe de Estado no acaba esta crisis. No va a venir un golpe de Estado, no va a venir una invasión. Es decir que necesitamos, con mucha paciencia y valentía, cambiar las circunstancias en que está el país”.
-Antonio Ecarri se asume un hombre liberal, defensor del mercado y “El Lápiz” es percibida como una organización de centro derecha. A finales de 2021 usted se reunió con líderes de izquierda con Rafael Uzcátegui y Antonia Muñoz y ahora invitó a José Luis Rodríguez Zapatero del PSOE. ¿Qué está cambiando en “El Lápiz”? ¿Le están haciendo carantoñas al chavismo?
-Es que nosotros nos cambiamos. Nos cambiamos para el sentido común.
-Explíqueme. Es bueno que avisen ¿no?
-(Risas) Nosotros venimos inspirados en el pensamiento liberal de Arturo Uslar Pietri, pero sin duda alguna hay que reconocer que en el Siglo XXI después de la catástrofe que ha vivido Venezuela, el apagón de la industria petrolera, el cataclismo económico y social que ha ocurrido, el cambio cultural del venezolano, el fracaso de las políticas 100% capitalistas en el mundo de hoy, el mundo cambió. Tenemos un mundo distinto por la pandemia y ha venido la revolución del conocimiento. Sabemos que son importantes experiencias como la que ha vivido Noruega y los países nórdicos. Esos países adoptaron formas mixtas, es decir, hay liberalismo, hay libertades y garantías económicas, pero existe un Estado que garantiza las oportunidades y evita las distorsiones del mercado.
-Pero no hay nada menos parecido a un caribeño venezolano que un noruego.
-¡No vale! Aquí hay mucho catire. En Catia hay el catire por montón, hasta una Iglesia Ortodoxa tenemos (Risas). Nosotros tenemos la oportunidad de reinventarnos con el tema energético en Venezuela y dirigirlo hacia el tema que tiene que ver con la educación, la formación y el talento del venezolano. Estamos en un mundo globalizado, pero necesitas un Estado que te pueda brindar servicios, que los garantice. ¿Qué los tenga que prestar el Estado directamente? Esas son preguntas que tenemos que ir contestando y se las daremos al país, según las condiciones que se vayan presentando.
Ecarri hace una breve pausa, piensa. Hace una búsqueda rápida en el “disco duro” de su planteamiento político y sentencia: “Tenemos que pensar diferente para adaptarnos a un sistema. Si partimos de lo doctrinario nos encerramos en ello y nos estancamos. Venezuela necesitará salidas mixtas y de sentido común. Necesitamos programas de asistencia social, e insisto, necesitamos programas centrados en la educación y esos no pueden ser dados solo por el sector privado. Se necesita recuperar la seguridad social. ¿Cómo la vas a rescatar? Hay cosas que olerán a liberalismo, pero otras tendrán un olor diferente. Allí es donde, con el justo equilibrio, podemos construir una Venezuela entre todos, en un punto donde el sentido común nos lleve al desarrollo.
-Nos gustaría que hablara de los roles que jugarían algunos sectores si se produce un cambio político. Empecemos por los empresarios.
-Fundamental. Después de 80 años, y cuidado si más, es la primera vez que la inversión privada supera la inversión pública en el país. Eso hace que el empresariado tenga un liderazgo desde sus empresas, que es muy importante desde el punto de vista fiscal, desde el punto de vista de atracción de nuevas inversiones. Unos empresarios organizados e influyentes, que puedan ser vitrina frente al mundo, son los primeros promotores de la inversión internacional. Necesitamos traer dólares al país y no los podemos traer si los empresarios están encerrados, huyendo o sacando los dólares corriendo. Tenemos que dar las condiciones para que sean los mismos empresarios nacionales los promotores de la inversión extranjera.
-¿Cuál es el papel de la sociedad civil?
-Una de las líneas fundamentales de ese cambio que debe venir son los gobiernos abiertos. Esta es la tendencia en el mundo sobre transparencia y rendición de cuentas. La opacidad que ha reinado, en esta suerte de estado de guerra bochornoso entre el Gobierno y la oposición, que hacen competencia para ver quién de los dos es más opaco en el manejo de los recursos públicos, tiene que acabarse. Cualquier venezolano tiene el derecho a saber dónde están los fondos públicos. ¿Qué están haciendo con los fondos públicos? ¿Dónde está la Tesorería Nacional? La sociedad civil va a tener un rol muy importante para el manejo de los fondos, para la formulación de políticas públicas, porque necesitamos los mejores talentos ayudando al Estado en el diseño y la concreción de esas política públicas.
-¿Cuál es el papel del chavismo en la transición?
-Esa pregunta hay que dividirla en A y B.
-El lado A.
-Tienes el chavismo en el sentido macro y evidentemente tiene que participar. El chavismo es una marca y es un sentimiento que está allí en el país y hay que reconocerlo.
– Ese es el lado A ¿Cuál es el lado B?
-¿Qué hacemos con el PSUV?
-¿Qué propone usted?
-El PSUV es la primera minoría y la más articulada del escenario político del país, no puedes pasar la página. Ellos tienen que sentirse parte. Por eso es necesario una reforma política en la que logremos que el parlamento sea una casa para la convivencia y evitar que las primeras minorías aplasten a las otras.
-¿Cómo se hace eso?
-Este es un país donde nadie tiene mayoría, así que tenemos que saber convivir. Eso debe estar reflejado en el parlamento. Una reforma electoral que tenga que ver con la representación proporcional de las minorías es indispensable. Es decir que si el chavismo saca el 30% de los votos tienen que estar representados en esa proporción en el parlamento. Y yo, como presidente de Venezuela voy a tener que tratar con ese parlamento. Con este de Jorge Rodríguez, con el que voy a investir como Presidente, porque es el que existe y luego con el nuevo parlamento que se debe elegir en el 2025, que no puede tener la supremacía de nadie.
El dirigente hace énfasis en la necesidad de “descaudillizar al sistema político venezolano. El cáncer original que hemos sufrido y padecido los venezolanos en 200 años es el caudillismo en el poder. Esa enfermedad hay que acabarla. Esta se elimina con unas nuevas reglas del juego político, con nueva normas, con un parlamento plural. Tenemos que asumir que para gobernar hay que construir un gobierno de mayorías, pero para eso debes sumar la mayor cantidad de fuerzas políticas”.
Llama la atención sobre lo que considera una distorsión legal insostenible al referir el hecho de que “ante la ausencia de mayorías sea el Tribunal Supremo de Justicia el que elija el resto de los Poderes Públicos”.
“Si seguimos así no saldremos de la pobreza. Hay una ecuación simple: Con estabilidad habrá desarrollo. Con estabilidad institucional, democracia, respeto de la Ley y estado de Derecho es la única manera que vengan inversiones al país”, afirma Ecarri.
-Para finalizar… ¿Cuál es el rol de la Fuerza Armada?
-Es clave. Sin la participación de los militares no va a haber ningún gobierno viable en Venezuela.
-¿Cómo sería la relación con la FAN si hay quienes dicen que son un partido político?
-Decía Carlos Rangel que las Fuerzas Armadas en América Latina son un partido político. Creo que a las FAN hay que reinstitucionalizarlas con el mayor respeto y autonomía. En mi rol de Comandante en Jefe buscaré los mejores talentos que hay en la Fuerza Armada para que me acompañen en la administración pública. En eso no tengo ningún tipo de temor. Ellos pueden participar de la administración pública, pero por sus cualidades civiles, no por imposición militar.
-Si las elecciones son hoy y Antonio Ecarri es Presidente de la República… ¿Cambiaría al Ministro de la Defensa?
-Eso sería un proceso bastante delicado y en permanente consulta con el alto mando militar, como con las demás fuerzas. En todos los procesos de transición política que se han vivido en Iberoamérica es un tema delicado y que amerita su tiempo. Para responder de manera concreta si hoy dejaría a Vladimir Padrino, la respuesta es: Sí. Obviamente están los procesos naturales de jubilación en ese cuerpo, pero hasta que no estudiemos el estado de la FAN y avancemos en su proceso reinstitucionalización estaría allí, porque la estabilidad de la FAN es muy importante en un país con las reservas petroleras y energéticas más importantes del mundo.