Scholz altera así el plan anunciado por dos funcionarios del gobierno alemán de que solamente dos de las centrales quedarían en situación de reserva y la tercera sería desconectada.
Por José Piñeiro
El canciller alemán, Olaf Scholz terminó con la prolongada disputa entre sus socios de coalición, verdes y liberales, para tomar personalmente la decisión de que los tres últimos reactores nucleares alemanes, cuya desconexión estaba programada para final de año, seguirán funcionando al menos hasta mediados de abril.
Terminan así largos meses en los que el ministro de Hacienda, el liberal Christian Lindner ha venido argumentando profusamente sobre la conveniencia de mantener en activo todos los recursos energéticos propios, al tiempo que Los Verdes iban modificando progresivamente su posición hasta acceder a la prolongación de la vida de dos de los reactores.
Para llegar a esta última posición, desde una de partida que seguía exigiendo la extinción de la actividad nuclear en Alemania, ha sido necesaria la celebración de un complejo congreso del partido, que tuvo lugar en Bonn durante el pasado fin de semana, en el que la dirección y los ministros verdes desplazaron la responsabilidad de la decisión al voto de los delegados.
El tiempo perdido en los tres meses de divagaciones era en extremo valioso, porque el cierre programado de las centrales Isar 2, en Baviera; Neckar 2, en Baden-Württemberg; y Emsland, en Baja Sajonia, incluía que la materia prima, las pastillas uranio, dejaran de comprarse. Su reactivación podía llegar demasiado tarde para poder ser en efecto operativas.
Finalmente, y para evitar además la creciente imagen de un canciller atrapado en una coalición disfuncional, Scholz ha comunicado por carta a sus socios que toma las riendas de la decisión personalmente.
Scholz altera así el plan anunciado por el ministro de Economía y Clima, a la vez que vicecanciller del Gobierno alemán, el verde Robert Habeck, que había anunciado que solamente dos de las centrales quedarían en situación de reserva y la tercera sería desconectada. La desacreditación ha llegado por carta y sin comunicación personal previa, en una misiva en la que el canciller se acoge al primer párrafo de la Ley de Ordenación del Gobierno y anuncia a los ministros afectados y miembros de la coalición que por su decisión “se crearán las bases legales para permitir el funcionamiento de las plantas de energía nuclear hasta el 15 de abril de 2023”.
“Como canciller, he tomado la decisión”, dice, e informa que además el Gobierno deberá presentar una “ley ambiciosa para aumentar la eficiencia energética”. A fin de garantizar la seguridad del suministro, también se crearán nuevas “centrales eléctricas de gas con capacidad de hidrógeno”, continúa, y pide a sus socios que “presenten las propuestas regulatorias correspondientes al gabinete de forma oportuna”.
Alemania aparca así el proceso de eliminación de la energía nuclear que inició Angela Merkel en 2011.