El diputado alertó que mientras no haya educación y prevención para la construcción de viviendas, los ciudadanos seguirán asentándose en zonas de riegos.
Por Ángela Betancourt
Luego de visitar el estado Mérida el pasado viernes 21 de octubre, el diputado a la Asamblea Nacional 2015, Williams Dávila, denunció las fallas graves que afecta al estado andino tras las fuertes precipitaciones, “no nos dejemos engañar, el régimen se robó los reales que estaban destinados para los merideños, centralizan la emergencia y culpan a la naturaleza de su negligencia”.
Asimismo indicó que la situación de emergencia de Venezuela no se debe observar como solo un hecho desastroso, sino que se debe estructurar una política pública a bases de instituciones especializadas en el control, manejo y prevención de los riesgos.
“Yo creo que la mejor manera de atacar con un criterio preventivo la emergencia, es que exista un Gobierno descentralizado, mientras exista una dictadura como la de Maduro no va a pasar, porque ellos se creen dueños de la emergencia y la politizan”, expresó
Dávila alertó que mientras no haya educación y prevención para la construcción de viviendas, los ciudadanos seguirán asentándose en zonas de riegos.
Agregó que no es una casualidad que hayan inundaciones por el desborde de los ríos o quebradas en varios estados, ya que es consecuencia de la falta de políticas públicas.
Durante su gestión como gobernador del estado Mérida, Williams Dávila creó Fundem (Fundación para el Manejo de Emergencias y Desastres Naturales del estado Mérida), que en la actualidad ya no existe.
“En el año 2000, en convenio con la Organización de Estados Americanos (OEA) y Japón creamos Fundem, con la finalidad de capacitar y educar a las comunidades con dispositivos tecnológicos instalados en las quebradas y cabeceras de los ríos. De manera tal, de que los ciudadano supieran a través del ruido o por el cambio de color de las aguas, qué podría suceder”, detalló el también el diputado.
Para finalizar aseguró que la política del régimen de Maduro son las dádivas populistas para controlar política y socialmente a las comunidades.