En el mundo de los criptoactivos puede haber situaciones delicadas en las que se promueven las inversiones y se prometen ganancias astronómicas.
Por Pete Romero
Durante el mes de noviembre de 2022 hay tres letras que han copado muchos titulares: FTX. Tres letras que corresponden a la que, hasta esa fecha, era la tercera plataforma de compraventa de criptodivisas (empresas conocidas por el término exchange) más potente del mundo, en manos del empresario e inversor estadounidense Sam Bankman-Fried (SBF). Sin embargo, en estas semanas los hechos se han ido precipitando y FTX ha acabado en bancarrota, teniendo que declararse insolvente.
Por el camino hay una sucesión de hechos de película. Primero, una investigación apunta a que los activos de Alameda Research, otra empresa de Bankman-Fried, se basan fundamentalmente en el token (activo) de FTX (FTT). Para entendernos, esto implica un gran riesgo, ya que podemos decir que no hay activos reales, porque se invertían los fondos de una empresa en la otra, algo que implica mucho riesgo en términos económicos. Entra en el tablero Binance en juego, el mercado de intercambio más importante del mundo: primero duda de la solvencia de FTX, después hace el amago de comprarla y, finalmente, no solo no lo hace, sino que retira su inversión. Es decir, el jugador más potente del sector señala directamente a FTX y dice que aquello no es de fiar.
¿Qué implica todo este caos para el sector? ¿En qué afecta a las personas que tenían inversiones en FTX?
Antes de nada, ¿de dónde sale FTX y SBF, su fundador?
En el mundo de los criptoactivos puede haber situaciones delicadas en las que se promueven las inversiones y se prometen ganancias astronómicas. Detrás, suele estar la figura del gurú. Guillemo Cid, periodista en El Confidencial que lleva años analizando este sector, da su visión: «La gente que de verdad vive de esto está pegada a la tecnología y tiene un enfoque más privado. Si tengo un truco para ganar dinero, ¿para qué te lo voy a contar?«.
En el caso de Sam Bankman-Fried, de 30 años, se graduó en el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT) y fundó FTX y Alameda Research, las dos empresas que hemos comentado y resuenan en prensa. Aunque suene contradictorio, Bankman-Fried llevaba una imagen diferente. «Se convirtió en el gurú cripto al que no le gustaba la industria cripto, con una visión de filantropía y de crear un ecosistema más sano. Todo el mundo le creyó, y de repente se hundió», explica Cid. Cuando todo el lío salió a la luz, SBF escribió en su cuenta de Twitter: “Lo siento . La cagúe, debería haberlo hecho mejor”.
Los inversores no pudieron retirar sus criptomonedas: ¿cómo ha acabado FTX siendo insolvente?
Ante la situación que se estaba gestando, cuando saltó a la opinión pública, se filtró el estado de las cuentas y la relación entre FTX y Alameda Research y se solicitaron retiradas de criptomonedas por valor de 6.000 millones de dólares. FTX no pudo hacer frente.
«Las plataformas de criptomonedas deben tener suficiente dinero para igualar lo que depositan los clientes. Si varios clientes solicitan a la vez retirar sus criptomonedas, no debería haber problema. Pero este no ha sido el caso de FTX: la plataforma subestimó la cantidad de liquidez que necesitaba«, explica Laura Sánchez, editora jefe de Investing.com. En ese ‘deben’, hay matices, porque este sector no está regulado. Pero Sánchez cree que sí es ilegal que, «si yo invierto y quiero retirar mi dinero, no me lo den porque me lo han perdido.»
En el sector, además de la inquietud palpable, uno de los efectos cascada fue que Bitcoin bajara a mínimos. Sánchez nos explica qué ha pasado exactamente y cómo funcionan estos movimientos financieros.
Isaac Pérez, abogado especializado en tecnología y criptoactivos coincide con Sánchez en la ilegalidad de que los inversores de FTX no pudieran retirar sus activos: «Estamos en tierra de nadie porque este es un sector no regulado, pero los usuarios tienen derechos. Con la ley en la mano todos los consumidores tienen derecho a retirar sus depósitos».
Entre esos consumidores, sobre todo había profesionales y grandes empresas; de momento, FTX no era una plataforma que tuviera muchos pequeños inversores, aunque sí que estaba lanzando campañas publicitarias en esa dirección.
Pero, entonces, para uno de esos usuarios de a pie, ¿cómo funcionan estas plataformas exchange? Para entenderlo un poco mejor, se puede pensar en una inversión en bolsa, donde los activos se compran y venden y las acciones suben y bajan su valor. Pero es una analogía con muchas diferencias, como recuerda Pérez, que subraya los riesgos de las inversiones en este sector, mucho más volátil e inestable que el bancario o la bolsa tradicional y recuerda que, si vas a invertir, lo hagas con «dinero que no necesitas».