Según el autor, la imposición de un Estado Comunal es mucho más que un episodio que adorna la biografía política de un líder pues supondría un cambio esencial en la vida de la República.
Por Carlos Canache Mata
La creación del Estado Comunal se presentó por primera vez en la propuesta de reforma constitucional formulada por Hugo Chávez en el año 2007, la cual fue sometida a la consideración ciudadana y rechazada por votación popular a través de un referéndum. No obstante, volvió a incluirse después formando parte del denominado “paquetazo legislativo” que se aprobó en virtud de la “ley que autoriza al presidente de la República para dictar decretos con rango, valor y fuerza de ley en las materias que se delegan”, promulgada el 17 de diciembre de 2010.
¿Qué es y en qué consiste el estado comunal? Nos lo dice la Ley Orgánica de las Comunas en su artículo 4, numeral 10, en estos términos: “Estado Comunal: Forma de organización político-social, fundada en el Estado democrático y social de derecho y de justicia establecido en la Constitución de la República, en la cual el poder es ejercido directamente por el pueblo a través de los autogobiernos comunales, con un modelo económico de propiedad social y de desarrollo endógeno y sustentable, que permita alcanzar la suprema felicidad social de los venezolanos y venezolanas en la sociedad socialista. La célula fundamental de conformación del estado comunal es la comuna”. Allí “se propone una forma de organización política, social y económica inédita en la historia republicana nacional basada en la idea de que el pueblo se autogobernará y vivirá en un régimen de propiedad social y no privada”. La ley citada, en el artículo 5, define a la comuna en la forma siguiente:
“Es un espacio socialista que, como entidad local, es definida por la integración de comunidades vecinas con una memoria histórica compartida, rasgos culturales, usos y costumbres, que se reconocen en el territorio que ocupan y en las actividades productivas que le sirven de sustento, y sobre el cual ejercen los principios de soberanía y participación protagónica como expresión del Poder Popular, en concordancia con un régimen de producción social y el modelo de desarrollo endógeno y sustentable, contemplado en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación”.
Casi dos años después, en una transmisión presidencial del 20 de octubre de 2012, Chávez, cuando apenas había 511 comunas registradas, reprochó y criticó lo poco que habían hecho sus subordinados para materializar el nuevo modelo, al manifestar: “Las comunas no se ven por ningún lado… ¿Dónde las vamos a buscar? ¿En Júpiter? ¿Será que tengo que seguir clamando en el desierto?”. Y ambiciosamente proclamó que esperaba que para 2019 estuvieran constituidas más de 3.000 comunas en las que viviría alrededor del 70% de la población.
El mismo día de promulgación de la Ley Orgánica de las Comunas, 21-12-2010, se promulgó también la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal, que regula las relaciones productivas entre las instancias del Poder Popular, el Poder Público y las organizaciones del sector privado.
Margarita López Maya, historiadora y doctora en Ciencias Sociales, entrevistada, en uno de los libros de El Nacional, por el periodista David González, hace interesantes reflexiones sobre el Estado Comunal, de las que transcribo algunas sobre el proyecto que se procura instaurar en Venezuela: “ (Chávez) reclama a sus ministros porque desea avanzar en el establecimiento del sistema de autogobiernos comunales que no pudo incorporar en la Carta Magna tras el rechazo de los votantes a la propuesta de reforma constitucional de 2007… Un hito importante en su carrera política fue la proposición de un Estado Comunal.
El concepto, sin embargo, es mucho más que un episodio que adorna la biografía política de un líder: la instauración final del modelo supondría un cambio esencial en la vida de la República”.
Nicolás Maduro, sucesor de Chávez – lo advirtió el escritor y periodista Juan Páez Ávila, en un artículo del 23-12-2015-: “el Presidente de la República insiste en imponer en nuestro país las Comunas como el centro de la vida en la sociedad, violando la Constitución Nacional Bolivariana y desafiando no sólo a los venezolanos que votaron en contra de dicha propuesta en el Referendo de 2007”.
Y el diario El Nacional, en el editorial de su edición del 19 de este mes, señala que la satrapía de Nicolás Maduro, aprovechando “la anestesia colectiva” por la guerra en Ucrania y el Mundial de Fútbol que entretendrá las masas, hará colar decisiones en su propio beneficio, por ejemplo, “en Venezuela la ocasión ha servido para despertar el monstruito del Estado Comunal” y “crear una suerte de Estado paralelo con nuevas divisiones territoriales que, de acuerdo con los entendidos, requerirían de un referéndum para que la gente decida si se enmienda la Carta Magna”.
Con mordacidad, el editorial del diario asediado por los usurpadores de Miraflores, concluye que “si la intención es aprobarlo (el Estado Comunal resurrecto) entre partido y partido, entre gol y gol, o entre gaitas y villancicos, la cosa pinta mal”.
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