El presidente del Senado dijo que la depredación de bienes públicos y privados solo sirve para intensificar el escenario de intolerancia que impregnó parte de la campaña electoral.
Por Ángela Betancourt
Simpatizantes del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, cometieron este lunes actos de vandalismo en Brasilia que dejaron ocho vehículos y cinco autobuses quemados. Una persona, de 67 años, necesitó asistencia médica tras inhalar gases lacrimógenos.
La Explanada de los Ministerios amaneció este martes cerrada al tránsito y también hay bloqueos en la Plaza de los Tres Poderes, donde tienen su sede el Ejecutivo (el Palacio de Planalto), el Congreso y el Supremo Tribunal Federal, en el Sector Hotelero Norte y en la sede de la Policía Federal (PF).
La violencia se desató frente a la PF, cuyo local los manifestantes intentaron invadir en respuesta a la detención del indígena José Acácio Tserere Xavante, simpatizante de Bolsonaro y, según las autoridades, uno de los integrantes de varios actos antidemocráticos en la capital promovidos por el mandatario.
Vestidos con camisetas amarillas y banderas brasileñas, los manifestantes también cargaron contra los vehículos que estaban aparcados en las inmediaciones del edificio de la PF.
Estos actos se dieron horas después de que Luiz Inácio Lula da Silva recibiese el diploma que le acredita como presidente electo. La seguridad del hotel donde se hospedaba el líder del Partido de los Trabajadores tuvo que ser reforzada.
Flávio Dino, futuro ministro de Justicia, calificó la situación de «inaceptable» y criticó que el Gobierno de Bolsonaro se mantuviese en silencio ante esa «situación absurda».
Más de dos horas después de lo ocurrido, finalmente, Anderson Torres, titular de Justicia, escribió un mensaje en las redes sociales en el que aseguró que se mantuvo «un estrecho contacto» con las fuerzas del orden para «contener la violencia».
Lo ocurrido provocó el rechazo de gran parte de la clase política. El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, tildó de «absurdos» los actos de vandalismo. «La depredación de bienes públicos y privados, así como el bloqueo de vías, solo sirve para intensificar el escenario de intolerancia que impregnó parte de la campaña electoral que terminó», aseveró.
El senador Randolfe Rodrigues dijo que lo ocurrido en Brasil son «acciones criminales de quien no acepta la democracia». «Todos deben ser responsabilizados, incluido la influencia de Bolsonaro y su esposa por alentar a los golpistas», comentó.
«La extrema derecha bolsonarista cruzó la línea de la política hace mucho tiempo. La política se hace con las ideas. Lo que pasó esta noche en Brasilia son actos terroristas organizados. Inaceptable. La escalada de violencia debe terminar ya a través de la unión de todas las instituciones», afirmó la diputada Maria do Rosário.