La banda estaba compuesta por cinco personas, entre ellas un venezolano de 31 años, que fue quien disparó a quemarropa los tres tiros con pistola nueve milímetros.
Por Ángela Betancourt
Fuentes de la Policía colombiana informaron este miércoles que, en horas de la mañana, se estaba revisando con autoridades de Venezuela sobre la posible captura de Gabriel Carlos Luis Salinas, prófugo y presunto asesino del fiscal Marcelo Pecci.
“El 20/12/2022 a las 23:23 horas se recibe mensaje IP de la OCN Caracas informado sobre la aprehensión del ciudadano venezolano Salinas Mendoza por parte de funcionarios de la Dirección de gestión policial del instituto autónomo de la policía municipal de Chacao (área metropolitana de Caracas)”, señaló una fuente a la revista colombiana Semana.
La banda estaba compuesta por cinco personas; entre ellas un venezolano de 31 años, que fue quien disparó a quemarropa los tres tiros con pistola nueve milímetros. Una mamá y su hijo fueron los campaneros encargados de seguir al fiscal Pecci y su esposa, Claudia Aguilera. Otro más manejaba la moto acuática y, el último, era el jefe y el encargado de conducir el carro que los esperaba a pocos metros de la playa, en el cual emprendieron la huida.
Según Andrés González Díaz, director del Centro de Análisis de Datos, señaló que el informe se hizo teniendo en cuenta delitos de alto impacto. González reconoce que el número de homicidios presentó una disminución en un 3%. Según le confirmaron fuentes a Semana, el procedimiento se realizó en la ciudad de Caracas. Salinas Mendoza era quien conducía la moto acuática que transportó al homicida. El proceso se encuentra en Fiscalía Primera Delegada ante el Tribunal de Bogotá, estando en condición de indiciado.
Esta persona registra circular azul de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) por el delito de homicidio agravado y tráfico de armas y municiones agravado.
Y es que, cabe recordar, el asesinato a sangre fría del fiscal antimafia paraguayo Marcelo Pecci, en la ciudad de Cartagena, tiene avances importantes. Por un lado, aunque cinco de los autores materiales ya están tras las rejas, la investigación se centra en quiénes están detrás del crimen y pagaron por su ejecución. En las investigaciones se conoció que las autoridades, que están trabajando conjuntamente con la Administración de Control de Drogas (DEA), alistan nuevas órdenes de captura relacionadas con poderosos carteles de la mafia de Colombia, Brasil y especialmente de Paraguay y Uruguay.
De forma sigilosa y en voz baja, los equipos élite de investigación han venido develando el aparato criminal detrás del homicidio y están hablando con nombre propio. En el radar de las autoridades aparece el nombre del uruguayo Sebastián Marset, prófugo de la justicia, líder de una organización dedicada al narcotráfico y al lavado de activos en Paraguay, muy cercano al negocio del fútbol, y que extiende sus tentáculos en Suramérica.
A esto se suman las relaciones con otro poderoso cartel de la mafia paraguaya conocido como los Insfrán. Esta red, que se extendió a Brasil y a Colombia, involucrándose en negocios de narcotráfico, ha sido golpeada duramente y de ahí han salido contundentes pistas, incluso desde antes de que se diera el asesinato de Pecci.
Por eso el fiscal paraguayo era un objetivo de alto valor para los criminales. Como se sabe, Pecci había encabezado la más importante operación contra el narcotráfico en su país llamada Al Ultranza Py, en la que se logró la captura de Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, y su hermano José Insfrán, un supuesto pastor que lideraba uno de los clanes más fuertes del narcotráfico en Paraguay.
Lo que descubrieron las autoridades es que los miembros de esta banda se habrían reunido a finales de abril en por lo menos tres ocasiones, en Envigado y Medellín. Los emisarios que venían desde Paraguay los contrataron mediante un enlace del oscuro mundo de la criminalidad en la capital antioqueña.
Siempre dijeron que era una «vuelta» fácil, que era un empresario que se movía solo con su esposa, estaba de luna de miel y no tenía escoltas, lo que les facilitaba las cosas para cometer el asesinato. Nunca pensaron que su blanco era un reputado investigador que dio el golpe más importante que se les haya dado a las organizaciones narcotraficantes en Paraguay.
Según confirmó el propio fiscal general, Francisco Barbosa, tras varias semanas de investigación conjunta entre el CTI y la Policía Nacional, se lograron estas capturas en dos allanamientos en Medellín. En un trabajo conjunto que terminó con la detención de estas cinco personas, a quienes se les está legalizando su situación y se pedirá una medida de aseguramiento.
El fiscal, junto con el director de la Policía, el general Jorge Luis Vargas, se había comprometido a llegar hasta los responsables de este crimen. El general Vargas había confirmado que se trataba de un crimen con financiación transnacional, con dinero de mafias.