Maduro informó que en las últimas horas fue informado de un plan para llevar a cabo una serie de agresiones en contra de la delegación venezolana.
Por Ángela Betancourt
Nicolás Maduro no viajará a la cumbre de la Celac en Argentina motivado a que hay en marcha “planes extravagantes diseñados por extremistas de la derecha” para atacarlo y poner en riesgo la cita regional. En su lugar lo representará el canciller, Yván Gil.
“En las últimas horas hemos sido informados, de manera irrebatible, de un plan elaborado en el seno de la derecha neofascista, cuyo objetivo es llevar a cabo una serie de agresiones en contra de nuestra delegación”, señaló este lunes el Gobierno venezolano en un comunicado con el que puso fin a días de incertidumbre.
Las dudas sobre su presencia se mantuvieron hasta último momento. “No tengo ninguna noticia hasta ahora de que el presidente Maduro no venga, pero no sé lo que hará”, dijo el presidente argentino, Alberto Fernández. Hasta ese momento, sólo se sabía que Maduro había cancelado la reunión bilateral prevista con Lula.
El líder venezolano ha limitado al máximo sus visitas al exterior desde que en 2020 Estados Unidos ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por su captura bajo la acusación de narcoterrorismo. En septiembre de 2021, aterrizó por sorpresa y a última hora en México para participar en la cumbre de la Celac. El pasado noviembre participó en la cumbre del clima celebrada en Egipto. Desde entonces, no ha vuelto a viajar al exterior.
La presencia de Maduro en la cumbre había sido defendida por el Gobierno argentino con el argumento de que la Celac es un ámbito de discusión del que no está excluido ningún país de la región. Fernández subrayó que la mayor preocupación respecto a Venezuela “es favorecer el diálogo entre los venezolanos, que se recupere la convivencia democrática y que sus derechos sean respetados”.
La actitud de Fernández contrasta con la de su predecesor, Mauricio Macri quien tildó de vergonzosa la invitación a la cumbre regional tanto a Maduro como al cubano Miguel Díaz Canel.
“La bienvenida a estos dictadores no la organizamos nosotros los argentinos, sino un Gobierno que languidece en su mediocridad, uno que pronto se llevará el desgraciado honor de haber sido el peor gobierno de la historia de la democracia de nuestro país”, criticó a través de las redes sociales. Su exministra de Interior, Patricia Bullrich, había solicitado la detención de Maduro si pisaba Buenos Aires. Bullrich participó el domingo en una manifestación de venezolanos en contra de la visita de Maduro.
El mayor respaldo al mandatario venezolano ha llegado de Lula, quien ha hecho una enfática defensa del diálogo para resolver la crisis venezolana. “El problema de Venezuela se resolverá con diálogo, no con embargos ni ofensas personales”, ha recalcado el presidente brasileño en Buenos Aires, destino de su primera visita oficial al extranjero desde que asumió el poder hace tres semanas.