El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, urgió el sábado a China a evitar incidentes como el que llevó a Washington a derribar un globo chino y le advirtió sobre las «consecuencias» de dar ayuda a Rusia en la invasión a Ucrania.
Blinken formuló esas advertencias en un encuentro con el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich (Alemania).
La relación entre las dos potencias se crispó notoriamente después de que el ejército estadounidense derribara el 4 de febrero un globo chino que sobrevolaba su espacio aéreo.
Un incidente de ese tipo «no debe volver a ocurrir», dijo Blinken en el encuentro con Wang, según un portavoz del Departamento de Estado.
«El secretario dejó claro que Estados Unidos no tolerará ninguna violación de su soberanía», añadió. Blinken fue «muy directo y franco», continuó.
Wang, por su lado, «urgió a Estados Unidos a cambiar de rumbo y a reconocer y enmendar los daños que su excesivo uso de la fuerza provocó en las relaciones entre China y Estados Unidos», indicó la agencia oficial china Xinhua.
Estados Unidos sostiene que el globo chino era un dispositivo de espionaje, aunque Pekín alega que solo se trataba de un dispositivo de investigación meteorológica que había entrado por error a esa zona.
Unas horas antes, Wang había denunciado la reacción «histérica» de Estados Unidos al detectar el globo.
El incidente llevó a Blinken a posponer una visita a Pekín.
Advertencias sobre Ucrania
Blinken también le avisó a Wang de las «implicaciones y consecuencias» que tendría brindar un «apoyo material» a Rusia en su guerra contra Ucrania.
En la Conferencia de Seguridad, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, acusó a Rusia de haber cometido en Ucrania «crímenes contra la humanidad».
Según Harris, las fuerzas rusas llevaron a cabo un «ataque generalizado y sistemático» contra la población de la exrepública soviética.
Harris citó casos de ejecuciones sumarias, torturas y violaciones por parte de las fuerzas rusas en Ucrania, así como «el traslado de cientos de miles de civiles ucranianos» a Rusia.
Esta es la primera vez que Washington designa formalmente a Moscú como responsable de este tipo de crímenes desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero de 2022.
El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, agradeció la posición estadounidense, aunque reconoció la dificultad de recolectar las suficientes pruebas para llevar ante la justicia a «individuos específicos» que cometieron «atrocidades».
El factor Putin
En la Conferencia de Múnich también participaron el presidente francés, Emmanuel Macron, y el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, que pidieron intensificar el apoyo a Ucrania.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, urgió a «darle a Ucrania lo que necesita para ganar y prevalecer como nación soberana e independiente en Europa» y afirmo que el «mayor riesgo» sería que el dictador ruso, Vladimir Putin, se saliera con la suya en la contienda.
«El mayor riesgo de todos es que Putin gane. Si Putin gana en Ucrania, el mensaje para él y para otros líderes autoritarios será que pueden usar la fuerza para conseguir lo que quieran», afirmó.
Los países occidentales, liderados por Estados Unidos, han donado miles de millones de dólares en armamento al gobierno ucraniano, incluyendo artillería y sistemas de defensa aérea, pero el Ejecutivo de Kyiv afirma que necesita más para que su contraofensiva tenga éxito.
Por su parte, el excampeón mundial de ajedrez y dirigente político opositor ruso Garry Kasparov, aseguró que la victoria de Ucrania en la guerra es la «condición previa a la democracia en Rusia», e instó a Occidente a seguir apoyando a Kyiv.
En el terreno, el ejército ruso reivindicó este sábado la captura de Grianykivka, una pequeña aldea de la región de Járkov, en el noreste de Ucrania.
La víspera, el grupo de paramilitares Wagner anunció haber conquistado un pueblo cerca de Bajmut, en el este de Ucrania, escenario de una de las batallas más largas y sangrientas del conflicto.
Con información de AFP