El gobierno de Nicolás Maduro volvió a pedir la liberación del empresario colombiano Alex Saab, quien se encuentra preso en Estados Unidos acusado de lavado de dinero. En un mensaje publicado en Twitter, la Cancillería venezolana exigió su liberación y denunció que su detención es una violación de los derechos humanos y del derecho internacional. Además, señaló que su salud está en riesgo por falta de atención médica adecuada. La esposa de Saab, Camila Fabri, también ha pedido la liberación de su marido y ha solicitado la intervención de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y del secretario general de la ONU. Saab se declaró no culpable del cargo de conspiración para cometer lavado de dinero que se le imputa en una corte de Miami.
El gobierno de Estados Unidos arrestó a Alex Saab en junio de 2020 en Cabo Verde y lo extraditó a Miami en octubre de 2021. Saab es señalado como el principal testaferro de Nicolás Maduro y es acusado de blanquear hasta 350 millones de dólares a través de una red de empresas. La defensa de Saab ha denunciado irregularidades en su detención y ha solicitado a las autoridades de EE.UU. que lo liberen.
El 9 de abril se cumplen cinco años desde que Saab fue nombrado como diplomático venezolano, lo que ha sido utilizado por el gobierno de Maduro para pedir su liberación. El gobierno también ha denunciado que Saab ha sido secuestrado ilegalmente por EE.UU. y ha señalado que su detención es una violación de los derechos humanos.
El pasado 30 de marzo, la oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos retiró las sanciones impuestas al expresidente de la Compañía General de Minería de Venezuela (Minerven), Adrián Perdomo, quien estaba vinculado con Alex Saab. En 2019, la administración de Donald Trump sancionó a Minerven y a su presidente por considerar que las “operaciones ilícitas de oro” estaban apuntalando al gobierno de Nicolás Maduro.
La situación de Alex Saab ha generado controversia en Venezuela y en el extranjero. Mientras el gobierno de Maduro pide su liberación y denuncia violaciones de los derechos humanos, las autoridades de EE.UU. y otros países lo señalan como un testaferro del régimen venezolano y un lavador de dinero.