La MET Gala es considerada el evento anual más importante de la industria de la moda, pero más allá de sus increíbles looks y la presencia de una larga lista de famosos, muchos están con la mirada puesta en las famosas escalinatas del Museo Metropolitano de Nueva York por el chisme.
Esta glamurosísima alfombra roja ha dado lugar a los largo de los años a muchos momentos que forman ya parte de la cultura pop como por ejemplo el posado de 2022 de Pete Davidson y Kim Kardashian con el vestido de Marilyn Monroe o, este 2023, su posado por separado y su charla en calidad de amigos en el interior de sus salas.
Pues bien, precisamente esto parece ser lo que quería evitar Harry Styles a toda costa fiel a sus discreción mediática. El cantante fue invitado por la propia organización del evento -que corre a cargo de Anna Wintour como directora de todas la cabeceras de Condé Nast en Estados Unidos y Andrew Bolton, comisario jefe del Costume Institute-, pero este declinó dicha invitación.
¿El motivo? Su ex novia Olivia Wilde y su “lío” público más reciente Emily Ratajkowski, formaban parte de la lista de invitados confirmados del evento. El británico parecía tener claro sin necesidad de poner un pie en la alfombra roja que los miles de ojos que siguen el evento iban a hipervigilar cada uno de los movimientos que tanto él como ellas hiciesen sacando de ellos cualquier tipo de información, veraz o no, que hablase sobre sus relaciones.