Miami se preparó para recibir a los pilotos de Fórmula 1 con una gran fiesta. Tom Cruise, Vin Diesel, Becky G y otros famosos se dieron cita para disfrutar de la emoción en la pista, que prometía ser una carrera de quilates. Sin embargo, la carrera resultó ser enormemente desequilibrada, con 19 hombres al volante de un Fórmula 1 y otro piloto que manejaba un cohete. Verstappen necesitó solo 12 vueltas para alcanzar a Alonso, quien estimó que necesitaría 25, y con una estrategia contrapuesta logró adelantar a Checo a diez del final.
El podio del Gran Premio de Miami tuvo un claro ganador: Verstappen, quien cruzó la línea de meta en primer lugar con cinco segundos de ventaja sobre Checo. Alonso, por su parte, volvió al podio con el Aston Martin tras firmar otra carrera de maestro relojero, manteniéndose sólido en el tercer puesto a pesar de una penalización de cinco segundos por pasarse del límite de velocidad en el ‘pit-lane’.
La carrera en sí fue fluida y no hubo ni una bandera amarilla en toda la carrera. Los pilotos sabían que la recta de Miami ofrecía muchos adelantamientos, así que no había necesidad de arriesgar. Sin embargo, pronto se hizo evidente que los Red Bull de Verstappen y Pérez estaban en otra categoría en comparación con los Ferrari de Leclerc y Sainz, y el Mercedes de Hamilton. Para la galería, Verstappen dejó un doble adelantamiento de genio sobre Charles y Magnussen en la recta de meta.
En definitiva, Miami confirmó que este Mundial de Fórmula 1, más allá de la fanfarria y la brillantina propia de la competición, solo le divierte a Verstappen. A pesar de la expectación generada por la fiesta previa a la carrera, el resultado fue una carrera desequilibrada y poco emocionante. Sin embargo, los fanáticos de Alonso y Pérez tuvieron algo que celebrar con el tercer puesto del asturiano y el segundo puesto del mexicano.