Un estudio publicado en Science asegura que el 53 por ciento de las grandes superficies de agua dulce del planeta sufre los efectos del cambio climático y el uso indiscriminado.
Publicado en dw.com
Un estudio publicado este jueves por la revista Science revela que más de la mitad de los grandes lagos del planeta están perdiendo agua por culpa del calentamiento global y del consumo insostenible, lo que pone en peligro la seguridad hídrica de la humanidad y genera un desafío para las autoridades de todo el planeta.
La investigación supone la primera vez que se realiza un análisis detallado de las tendencias y razones de los cambios en la acumulación de agua en los lagos del mundo, según su autor principal, Fangfang Yao, de la Universidad de Virginia (EE.UU.) El investigador usó información de una variedad de satélites y modelos. Espera que sus hallazgos permitan que las autoridades y los ciudadanos puedan proteger mejor las masas de agua críticas y sus ecosistemas.
«Los lagos están en peligro en todo el mundo, y esto tiene implicaciones a gran escala», dijo Balaji Rajagopalan, profesor de la universidad estadounidense de Colorado Boulder y coautor del estudio. «Realmente nos llamó la atención que el 25 por ciento de la población mundial vive en una cuenca lacustre que está en una tendencia decreciente», continuó, lo que significa que unos 2.000 millones de personas están afectadas por los hallazgos.
Evaporación más rápida
En concreto, el equipo de expertos creó una técnica que mide la variación de los niveles de agua de 2.000 de los lagos y reservas más grandes del mundo, combinando tres décadas de observaciones de satélites con un modelo que cuantifica los cambios. En total recogieron 250.000 imágenes de lagos y sus alrededores, desde la década de los noventa hasta el año 2020.
Los resultados: 53 por ciento de los lagos y embalses experimentó una disminución en el almacenamiento de agua, a una tasa de aproximadamente 22 gigatoneladas por año. Durante todo el período estudiado, se perdieron 603 kilómetros cúbicos de agua, 17 veces el agua del lago Mead, el embalse más grande de Estados Unidos.
Para averiguar a qué se debían estos fenómenos, el equipo utilizó modelos estadísticos que incorporaban las tendencias climáticas e hidrológicas y distinguían los factores naturales de los de origen humano. En el caso de los lagos naturales, gran parte de la pérdida neta se atribuyó al calentamiento climático y al consumo humano de agua.
El aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático favorece la evaporación, pero también puede reducir las precipitaciones en algunos lugares.