Según el colectivo “Caminando Fronteras” las travesías de los inmigrantes que intentan llegar a España en embarcaciones precarias, conocidas como pateras, han cobrado en lo que va de año casi mil vidas, una cada cuatro horas y media, la mayoría rumbo al archipiélago de Canarias y en la llamada Ruta Argelina hacia las costas mediterráneas de Levante y las Islas Baleares.
Algunas de las rutas, «en especial la canaria», están aumentando «su capacidad mortífera», a pesar de que las cifras oficiales reflejen un descenso en el número de llegadas.
Del 1 de enero al 30 de junio, la estadística del Ministerio español del Interior recoge que llegaron a España en patera, cayucos o lanchas neumáticas 12.192 personas, un 4,17 % menos que en 2022.
Caminando Fronteras contabilizó en estos seis meses 49 tragedias en pateras con destino a España, en las que perecieron al menos 112 mujeres y 49 niños y niñas.
El mes más funesto fue junio, con 332 víctimas; seguido por febrero, con 237; enero, con 138; y abril, con 130.
Según esta organización, en estos seis meses murieron en pateras rumbo a España ciudadanos de 14 países: Argelia, Camerún, Costa de Marfil, Gambia, Guinea, Etiopía, Islas Comores, Mali, Marruecos, República Democrática del Congo, Senegal, Siria, Sri Lanka y Sudán.
El informe va más allá del recuento de vidas perdidas y hace un análisis de lo que está pasando en las diferentes rutas, con conclusiones muy críticas tanto para España como para Marruecos.
Por qué importa: En lo que va de año, en estos seis meses murieron en pateras rumbo a España ciudadanos de 14 países entre los que se cuentan Argelia, Camerún, Costa de Marfil, Gambia, Guinea, Etiopía, Islas Comores, Mali, y Marruecos.
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