El martes fue un día marcado en rojo en el calendario de Wall Street. Los funcionarios de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) se acomodaron en sus asientos para una reunión de dos días. Los rumores están circulando: la subida de las tasas de interés que habían puesto en pausa en junio parece estar a punto de regresar.
La gente espera que la Fed haga un anuncio el miércoles de un aumento de las tasas de un cuarto de punto, llevándolas al rango del 5.25% al 5.5%. Si estos rumores resultan ser ciertos, vamos a ver un nivel de tasas de interés que supera a las de 2007. ¿Un flashback financiero? Tal vez.
El movimiento sería una señal de que la Fed está de vuelta al juego de la política monetaria restrictiva. Habían pulsado el botón de pausa el mes pasado para tomarse un respiro y evaluar si las subidas de tasas del último año estaban haciendo mella en la inflación. Pero ahora, parece que están listos para volver a la acción.
La inflación ha estado en el centro del escenario de la economía de los Estados Unidos. A pesar de que ha estado cayendo de manera constante durante los últimos 12 meses desde su récord de 40 años de 9.1% en junio de 2022, aún se mantiene por encima del objetivo del 2% de la Fed. Pero con la tasa de desempleo bajando al 3.6%, la economía estadounidense está mostrando signos de resistencia.
La política restrictiva de la Fed arrancó en marzo de 2022 cuando la inflación comenzó a desbocarse debido a la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa a Ucrania. Subieron las tasas en pequeños pero constantes incrementos, pero tuvieron que bajar la velocidad cuando el Silicon Valley Bank (SVB) y el Signature Bank se declararon en quiebra y tuvieron que rescatar al First Republic Bank.
A pesar de que todo apunta a que la Fed está lista para subir las tasas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha salido con una advertencia para los chicos de la Reserva Federal y sus colegas del Banco Central Europeo (BCE). Según el FMI, aún no es hora de relajar las políticas monetarias. La inflación todavía está lejos del objetivo del 2%.
Así que, aunque la fiesta de las tasas bajas puede estar llegando a su fin, parece que la economía global todavía está lejos de estar sobria.