El nuevo jefe de Paraguay está listo para lidiar con una vieja deuda de combustible con Venezuela

El nuevo jefe de Paraguay está listo para lidiar con una vieja deuda de combustible con Venezuela

El presidente electo de Paraguay, Santiago Peña, no ha perdido el tiempo en enfrentar los desafíos pendientes de la nación. Esta vez, el punto de enfoque es una deuda pendiente de $300 millones que Paraguay ha mantenido con Venezuela desde 2009 en relación con las compras de combustible. Peña, sin embargo, insiste en que cualquier pago debe hacerse bajo las condiciones originales del acuerdo.

El nuevo líder paraguayo habló sobre el asunto mientras se encontraba en un viaje a Brasil, el segundo desde su victoria electoral el pasado 30 de abril. Durante su visita, Peña participó en un evento en la Fundación Getulio Vargas (FGV), un centro de estudios económicos en Sao Paulo.

«Nosotros siempre mostramos la predisposición para pagar, pero apelando a las condiciones del acuerdo de Caracas que se había firmado entre el presidente (Hugo) Chávez y el presidente Nicanor Duarte Frutos, que da una financiación de 15 años a una tasa del 2 %», explicó Peña.

La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, exigió recientemente al mandatario saliente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, que se encargara de la deuda antes de terminar su mandato el 15 de agosto. Pero para Peña, no se trata de si se debe pagar la deuda, sino de cómo se debe pagar.

«La posición es que hay un arbitraje en la Cámara de Comercio de París y ese arbitraje va a tener que decidir entre la posición de Venezuela y la posición de Paraguay, que es una posición diferente», insistió Peña.

Añadiendo un giro adicional a las relaciones entre los dos países, el presidente electo también ha expresado su intención de reabrir la embajada en Caracas y restablecer las relaciones con Venezuela, que se rompieron en 2019 por decisión del presidente saliente. Benítez, por otro lado, afirmó en su día que «de ninguna manera» negociaría la deuda mientras Nicolás Maduro estuviera en el poder. Ahora, con Peña al mando, las cosas podrían cambiar.

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