La Sociedad Venezolana de la Cruz Roja se encuentra en medio de un proceso de reestructuración significativo tras una orden judicial que ha llevado al cese de los cargos de directivos con una larga trayectoria de más de 43 años en la organización. Aunque se ha formado una nueva junta reestructuradora con miembros de la sociedad civil, el ámbito académico y empresarial, ha surgido una crítica en torno a la intervención gubernamental en una entidad humanitaria de esta naturaleza.
El pasado 3 de agosto, Ricardo Cusanno, ex presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), anunció su participación en este proceso de restauración.
Bajo la dirección de Cusanno, la junta reestructuradora de la Cruz Roja Venezolana será integrada por un diverso grupo de individuos, incluyendo a María Fátima Garcés, vicerrectora académica de la Universidad Central de Venezuela; Alberto C. Vollmer, presidente de Ron Santa Teresa y Fundador de Proyecto Alcatraz; Juan Simón Muñoz, médico cirujano egresado de la UCV, y el medallista olímpico Rubén Limardo.
La junta también contará con Jhoanna Pantoja, presidenta del Centro de Estudiantes de la Escuela de Enfermería de la UCV, y Griswill Fonseca, médica especialista en primeros auxilios.
No obstante, se ha criticado la intervención del gobierno venezolano en una organización humanitaria tan respetada mundialmente como la Cruz Roja. La independencia y neutralidad son principios fundamentales en la labor humanitaria, y la injerencia gubernamental podría comprometer estos valores esenciales. La toma de atribuciones por parte del gobierno en una entidad que ha trabajado en pro de la asistencia humanitaria podría generar dudas sobre la verdadera intención detrás de esta intervención.
La designación de los demás miembros del Comité Directivo se llevará a cabo en los próximos días. Cabe destacar que las actividades de las sedes, hospitales y ambulatorios de la Cruz Roja Venezolana continúan en funcionamiento con normalidad en todos los estados del país.
Este proceso de reestructuración ocurre en medio de acusaciones sobre el comportamiento del ya expresidente de la Cruz Roja, Mario Villarroel, quien ha sido señalado por presunto maltrato hacia el personal de la organización. Estas acusaciones han sido la excusa para desencadenar el proceso impulsado por la orden judicial que está reconfigurando la dirección de la institución.