Análisis publicado en cnnespanol.cnn.com
– No es no. Cuando una persona dice que no, no está diciendo otra cosa. Si no te da un sí textual y directo, no tienes su autorización para acceder de una forma sexual a esta persona. No hay espacio para una interpretación.
Eso es el consentimiento sexual.
«El consentimiento sexual es un acuerdo para participar en una actividad sexual», dice la página de Planned Parenthood, una organización sin ánimo de lucro que proporciona servicios de salud sexual y reproductiva en Estados Unidos.
Sobre ese consentimiento, la organización dice que «antes de mantener relaciones sexuales con otra persona, debes saber si esta persona está de acuerdo. Es importante ser honesto con tu pareja sobre lo que deseas hacer y lo que no».
La discusión sobre el consentimiento sexual ha estado presente en los últimos años, especialmente desde el auge del movimiento #MeToo, cuando miles de mujeres de todo el mundo empezaron a denunciar comportamientos abusivos por parte de hombres poderosos que usaron su posición para perpetrar situaciones de acoso, agresión o abuso sexual.
Y entre las muchas cuestiones que planteó el movimiento #MeToo en todo el mundo, el consentimiento sexual se elevó como un tema especialmente delicado. El ajuste de cuentas con los depredadores en Hollywood se convirtió en una revaluación matizada de la ética sexual, el deseo femenino y la capacidad de actuar.
«Sin consentimiento, la actividad sexual (incluido el sexo oral, tocar los genitales y la penetración vaginal o anal) es agresión sexual o violación», dice Planed Parenthood.
No es no: las claves del consentimiento
Una clave importante de toda esta conversación es que la ausencia de un «no» no significa «sí».
«Las relaciones sexuales y afectivas tienen que estar basadas en que tú y yo queramos tener esa relación. Y si no hay consentimiento entonces es una agresión», dijo la ministra de Igualdad de España, Irene Montero a «Aristegui», de CNN en Español, a propósito de la ley ‘Solo sí es sí’, que protege el derecho de la mujer al consentimiento sexual.
Y ese consentimiento mutuo es clave, puesto que si una de las partes no expresa con claridad, es una agresión, dice un texto en la Universidad del Sur de la Florida (USF) sobre la importancia del consentimiento.
«Una persona que está incapacitada por el alcohol u otras drogas no puede dar consentimiento», sigue el texto de la USF. «Si estás muy ebrio para tomar decisiones y comunicarte con tu pareja, estás muy ebrio para dar un consentimiento».
Hay unas características que pueden darnos una idea de lo que significa el consentimiento sexual para evitar situaciones que puedan poner en riesgo la integridad de las personas, según Planned Parenthood, la USF y Amnistía Internacional.
– Se da libremente, pues es una opción que das sin presiones, manipulación o sin la influencia de drogas o alcohol.
– Es entusiasta, pues solo debes hacer las cosas que deseas y no lo que «se espera que hagas», dice Planned Parenthood.
– Es específico. Es quizá una de las cosas más importantes en todo esto, pues debes ser claro sobre lo que sí deseas hacer y lo que no. «Decir que sí a algo (como ir a besarse al dormitorio) no significa que aceptes hacer otras cosas (como tener relaciones sexuales)», escribe Planned Parenthood.
– Se brinda estando informado, pues, según Planned Parenthood, solo puedes consentir algo de lo que tienes suficiente información para hacer. «Por ejemplo, si alguien dice que usará un condón y luego no lo hace, no hubo consentimiento total», escribe la organización.
– Es reversible: ¡Ojo! Sí es posible que cambies de parecer sobre lo que deseas hacer, en cualquier momento, incluso si ya ha pasado antes o si ya han avanzado de alguna manera en la situación actual.
«Tú tienes la última palabra sobre lo que pasa con tu cuerpo. No importa si ya lo hicieron o incluso si dijiste que sí antes y luego cambiaste de parecer. Tienes derecho a decir “basta” en cualquier momento, y tu pareja debe respetarlo», dice Planned Parenthood sobre la reversa del consentimiento.
Y ojo: el consentimiento no debe «darse por sentado» por cómo vistes, por comportamientos anteriores o por dónde vayas.
¿Por qué es importante el consentimiento sexual?
En un mundo donde lo que se conoce como la «cultura de la violación» está normalizado, entender que es necesario expresar el consentimiento es de una importancia mayor, dice Amnistía Internacional, y las conversaciones sobre este tema pueden ayudar a cambiar concepciones erróneas, estereotipos de género y violencia sexual normalizadas.
«Tener claro lo que significa el consentimiento sexual puede ayudar a prevenir violaciones y otros delitos sexuales», dice Amnistía Internacional en un texto sobre la importancia del consentimiento sexual.
Hablar sobre el consentimiento sexual puede ayudar a hacer conciencia sobre respuestas habituales instaladas en la sociedad que «desdibujan lo que significa el consentimiento», como “No dijo que no”, “con la ropa que llevaba, lo estaba pidiendo”; o “mantuvimos relaciones sexuales consentidas la semana pasada, por lo que hoy también fue consentido”, dice Amnistía Internacional.
Y en sociedades donde está normalizada la violencia sexual, hablar sobre el consentimiento, es clave para dejar de invisibilizar realidades, dijo Montero, la ministra española, en CNN.
«Es una realidad todavía muy normalizada, muy invisibilizada. Las mujeres tienen miedo de no ser creídas por tanto hay una grandísima impunidad», dijo.
Cambio de leyes en algunos países
De vuelta al movimiento MeToo, la revolución ha sido tan grande, que generó cambios sustanciales en las leyes en varios países en los últimos cinco años. Sin embargo, países como Suecia, Alemania, la India han adoptado reformas sobre agresiones sexuales basadas en el consentimiento, a raíz de incidentes espeluznantes, desde mucho antes del #MeToo.
Por ejemplo, en Suecia se empezaron a elaborar cambios en el Código Penal desde 2014, después de que organizaciones feministas crearan una campaña con el hashtag #samtycke (consentimiento) para protestar por una serie de absoluciones en destacados casos de agresión sexual, incluida la violación en grupo de una menor, de 15 años, en un suburbio de Estocolmo. En marzo de 2018, el Gobierno sueco presentó un proyecto de ley que actualizó la definición de violación, penalizando las relaciones sexuales sin consentimiento claramente expresado. La ley actual exige que los fiscales demuestren que la víctima fue objeto de violencia o amenazas.
«Debería ser obvio», dijo el entonces primer ministro sueco, Stefan Löfven, al impulsar una propuesta de leyes sobre delitos sexuales. «El sexo debería ser voluntario. Si no es voluntario, entonces es ilegal. Si no estás seguro, abstente».
En Alemania se añadió el consentimiento a la legislación sobre delitos sexuales y volvió ilegales los tocamientos en 2016, en respuesta a una campaña llamada «Nein Heisst Nein» o «No significa no». La campaña fue lanzada después de que cientos de mujeres fueran agredidas durante las celebraciones de Nochevieja en Colonia y otras ciudades. La violación en grupo de una estudiante de Medicina en la India dio lugar a manifestaciones en las principales ciudades del país y a una serie de reformas legales en 2013. Antes de que las nuevas medidas tuvieran efecto, los tocamientos no eran un delito y los enjuiciamientos por violación requerían pruebas de que la víctima había resistido físicamente al atacante.
En Estados Unidos, algunos estados, incluyendo Nueva York y California, han promulgado leyes que requieren que los colegios públicos y las universidades incluyan el consentimiento afirmativo en las políticas de conducta.
Y el caso más reciente de cambio de legislación está en España, donde el Gobierno se comprometió a revisar su ley de delitos sexuales en medio de la indignación pública por el veredicto en el caso «La manada». Manifestantes salieron a las calles de todo el país en abril después de que cinco hombres fueran absueltos por violación grupal y condenados por el delito menor de abuso sexual, por el ataque de julio de 2016, en Pamplona. Según la ley española, el abuso sexual difiere de la violación en que no implica violencia o intimidación.
Los acusados, que negaron los hechos, fueron condenados a nueve años de prisión inicialmente. Apelaron sus sentencias y fueron liberados bajo fianza en junio. La decisión provocó más protestas en Pamplona, Madrid, Barcelona, Valencia y Alicante. Pero en 2019, el Tribunal Supremo de España condenó a los 5 hombres a 15 años de prisión por violación.
Pero una ley conocida como «Solo el sí es sí» en España entró en vigor en 2022 y establece penas de uno a cuatro años de prisión por «agresión sexual», a quien «realice cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento», dice la ley.
Y especifica que «solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona».
«Efectivamente, el reconocimiento de que el consentimiento es la base de las relaciones hace que dejemos de normalizar algunas conductas que hasta ahora sea considerada que podían ser la ‘magia del amor’, pero que en realidad son violencia contra las mujeres y que el Estado tiene una obligación de proteger a las víctimas denuncien o no», comentó la ministra de Igualdad de España en CNN.
«Las relaciones, para ser libres, necesitan del consentimiento de las personas que forman parte de esa relación», puntualizó Montero.