En el epicentro de una tormenta mediática, Luis Rubiales se ha pronunciado oficialmente tras la resolución del TAD que le permite evitar la suspensión propuesta por el CSD. El comunicado surge en medio de llamamientos del Gobierno solicitando al tribunal que efectúe la mencionada suspensión.
Rubiales, en su comunicado, reitera su postura y defiende su honorabilidad con fervor. «El pasado día 20 de agosto cometí algunos errores evidentes, de los que me arrepiento sinceramente», comenzó declarando. Aunque ya había pedido disculpas por su comportamiento, el dirigente deportivo volvió a hacerlo, recalcando su deseo de mejorar. «A los dirigentes deportivos se nos debe exigir un comportamiento ejemplar, y el mío no lo fue,» reconoció.
Sin embargo, uno de los puntos más polémicos y discutidos fue el beso que Rubiales dio a Jenni Hermoso. En este sentido, Rubiales fue categórico: «Con consentimiento de ambas partes, tanto en los cariñosos abrazos, como en el pico y posterior despedida llena de afectuosos gestos mutuos, que se produjeron en la tarima de entrega de las medallas». Además, asegura que se seguirán presentando pruebas para acreditar su versión de los hechos.
El presidente de la RFEF también señaló que colaborará en todos los ámbitos para esclarecer los hechos, mencionando su participación activa en las investigaciones internas. «Desde un primer momento, la RFEF, por medio de su departamento de Integridad, llevó a cabo las diligencias pertinentes,» compartió.
La declaración de Rubiales termina de manera enfática, defendiendo la espontaneidad del momento y la ausencia de cualquier tipo de agresión. «La espontaneidad y felicidad del histórico momento, nos llevó a realizar un acto mutuo y consentido, producto del gran entusiasmo,» señaló.
El tema sigue dividiendo opiniones, y está claro que esta no es la última palabra en una controversia que ha dominado los titulares. La pregunta sigue en el aire: ¿Logrará Rubiales limpiar su imagen y restaurar la confianza del mundo del fútbol y la opinión pública?
Por qué importa: En su defensa, Rubiales dijo que «La espontaneidad y felicidad del histórico momento, nos llevó a realizar un acto mutuo y consentido, producto del gran entusiasmo».