En un giro digno de una película de terror, los investigadores del asesinato de Edwin Arrieta grabaron la confesión de Daniel Sancho mientras recreaban la escena del crimen en el bungaló alquilado por el hijo de Rodolfo Sancho. En un episodio del programa de Sónsoles Ónega en Antena 3, se mostró el video donde Daniel Sancho, con una tranquilidad escalofriante, narra y recrea los eventos que llevaron al asesinato y desmembramiento de Arrieta.
En el video, Sancho relata cómo Arrieta le pidió sexo, a lo que él se negó, lo que llevó a un enfrentamiento físico. «Empezó a gritarme y yo a levantar la voz, entonces yo me levanté, él dio unos pasos para atrás y boom», explica Sancho, mientras imita el movimiento de golpear a Arrieta en la mandíbula. Según Sancho, Arrieta le mordió la mano, lo que lo llevó a golpear su cabeza contra la pared, causando una hemorragia.
Lo que siguió después fue aún más macabro. Sancho describe cómo arrastró el cuerpo de Arrieta a la ducha, usó agua caliente para evitar la coagulación de la sangre y procedió a desmembrar el cuerpo con un machete y una sierra. Cuando se le pide que muestre cómo cortó la mano de Arrieta, Sancho se muestra reacio, preguntando: «¿Es realmente necesario?». Aunque los agentes le dicen que no, Sancho finalmente describe cómo cortó el cuerpo por el codo, pero se abstiene de entrar en detalles sobre el proceso completo de desmembramiento.
El video y la confesión de Sancho revelan una frialdad y una brutalidad que son difíciles de imaginar. Aunque el video sirve como evidencia clave en el caso, también ofrece una visión perturbadora de la mente de un asesino.