La Oficina de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos expresó preocupación por las múltiples violaciones y abusos a los derechos humanos que enfrentan los migrantes y refugiados que atraviesan el Darién, una región selvática entre Colombia y Panamá. Marta Hurtado, portavoz de la Oficina del Alta Comisionada para los Derechos Humanos, indicó que los migrantes están expuestos a violencia sexual, asesinatos, desapariciones, trata de personas, robos e intimidación por parte de grupos de delincuencia organizada. A pesar de los esfuerzos del Gobierno de Panamá y la comunidad internacional, la atención humanitaria sigue siendo limitada.
Hurtado subrayó la necesidad de abordar estos desafíos con esfuerzos y soluciones colectivas a nivel regional e internacional. También señaló la alarmante cantidad de niños, niñas y adolescentes que cruzaron la región en la primera mitad de 2023 y enfatizó la urgencia de adoptar políticas migratorias nacionales más amigables y respuestas humanitarias más sólidas en toda la región.
Además, Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió que la posible militarización de la frontera entre Colombia y Panamá aumentaría el sufrimiento de los migrantes y los haría más vulnerables a las mafias que se benefician del tráfico de personas. Luis Eguiluz, jefe de la oficina de MSF para Colombia y Panamá, señaló que la militarización no reduce el tránsito de migrantes, pero sí aumenta su sufrimiento y dificulta el acceso a servicios básicos.
Esta preocupación surge mientras el gobierno panameño evalúa cerrar la frontera terrestre con Colombia debido al aumento de la migración irregular por el Darién, una decisión que se considera después de que Panamá acusara a la administración de Gustavo Petro de no colaborar lo suficiente para detener el flujo migratorio creciente.