El nombramiento de Alexander Farfán Suárez, Alias ‘Gafas’, ha generado controversia debido al pasado del exguerrillero y sus vínculos con las FARC.
El Gobierno colombiano, en una sorpresiva decisión, designó a Alexander Farfán Suárez, más conocido por su alias «Gafas», como gestor de paz. Esta decisión ha causado revuelo en diversos sectores del país debido al historial de «Gafas» como secuestrador de la excandidata presidencial Íngrid Betancourt, quien permaneció secuestrada por las FARC durante más de seis años.
Según la resolución presidencial, la función de Farfán será «contribuir con su conocimiento y experiencia a la estructuración de procesos de paz o de estrategias para acercamientos con grupos armados organizados al margen de la ley o promover acuerdos y acciones humanitarias». Esto implica una suspensión de las medidas judiciales en su contra, aunque la resolución aclara que los procesos judiciales no se terminan y «los gestores tendrán que responder a las autoridades competentes en caso de ser requeridos».
«La designación no suspende o pone fin en ningún caso a los procesos judiciales y los gestores tendrán que responder a las autoridades competentes en caso de ser requeridos», afirmó la resolución 273.
Sin embargo, hay condiciones claras para «Gafas»: tiene que rendir un informe mensual sobre sus actividades a la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y, de no cumplir con este requerimiento, se podría revocar su designación como gestor de paz, lo que reactivaría las medidas penales contra él.
Es importante destacar que esta no es la única designación polémica. Salvatore Mancuso, exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), también ha sido designado gestor de paz. Ambas decisiones han sido objeto de críticas por sectores opositores al gobierno de Petro.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) había excluido a «Gafas» en agosto, calificándolo como «un desertor manifiesto del acuerdo de paz» y reconociendo su integración en el Estado Mayor Central de las FARC, la principal disidencia de la guerrilla.
La carrera criminal de «Gafas» se evidencia aún más cuando se recuerda que fue liberado en 2017 después de someterse a la JEP, tras haber sido capturado en la «Operación Jaque» en 2008, una operación que resultó en la liberación de Íngrid Betancourt y otros rehenes de las FARC.
El nombramiento de «Gafas» como gestor de paz abre el debate sobre la eficacia y ética de estas designaciones, y si realmente contribuyen al proceso de paz o son simplemente una táctica política.