Expresidente de RFEF en el Banquillo: Un beso no consentido y las presiones subsiguientes centran la denuncia que ha sacudido el mundo del fútbol.
En una resolución sin precedentes, la Audiencia Nacional ha decidido admitir a trámite la querella presentada por la Fiscalía contra Luis Rubiales, el ya expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), por los presuntos delitos de agresión sexual y coacciones. Los cargos están relacionados con un beso que Rubiales propinó a la jugadora Jenni Hermoso tras la final del Mundial, un gesto que ha resonado a nivel mundial, no solo por su naturaleza no consentida, sino también por las presiones que Hermoso afirma haber sufrido posteriormente.
El magistrado Francisco de Jorge ha dado inicio a diligencias previas, informando a Rubiales de los hechos imputados y garantizándole la oportunidad de defenderse. A su vez, ha solicitado material videográfico de distintos medios -incluyendo RTVE, El País, AS y La Vanguardia- que captaron diferentes momentos de la celebración, con el objetivo de tener una visión completa del incidente desde todos los ángulos posibles y analizar tanto los momentos previos como los posteriores al controvertido beso.
«Procede» la admisión a trámite de la querella para la «averiguación de los hechos denunciados», señaló el magistrado en su auto, marcando la responsabilidad de la Audiencia Nacional en la investigación de delitos cometidos fuera de España por ciudadanos españoles.
El episodio, que tuvo lugar el pasado 20 de agosto durante la entrega de trofeos del Mundial de fútbol femenino en Sídney, no solo ha manchado la histórica victoria de la selección española, sino que ha propiciado una respuesta rápida y contundente por parte de los organismos reguladores del fútbol. A tan solo veintiún días del incidente, la FIFA decidió inhabilitar a Rubiales de forma cautelar por un período de noventa días, una decisión que se vio seguida de la dimisión de Rubiales de su cargo en la RFEF.
Mientras la comunidad internacional espera ansiosa los resultados de esta investigación sin precedentes, el futuro de Rubiales parece incierto. Al poner fin a su mandato de más de cinco años al frente de la RFEF, el expresidente se encuentra ahora en una posición vulnerable, enfrentando no solo la desaprobación pública, sino también la perspectiva real de consecuencias legales graves por sus actos.
En este clima de tensión y escrutinio, la jugadora Jenni Hermoso y su entorno siguen firme en su relato de los hechos, señalando no solo el beso no consentido, sino también las presiones subsiguientes para que justificase públicamente el acto.
Con un mundo del fútbol español conmocionado y una figura prominente bajo el ojo del huracán legal, lo que suceda a continuación podría sentar un precedente significativo en el tratamiento de casos de agresión sexual y coacciones en el ámbito deportivo.