La extensión de los recortes de suministro por parte de Arabia Saudí y Rusia impulsa una tendencia alcista en los «petroprecios».
El crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) experimentó una significativa alza, alcanzando los 93,12 dólares por barril este lunes, lo que representa un incremento del 0.3% en comparación con la cifra registrada el pasado viernes. Este ascenso sitúa el valor del crudo en su punto más elevado desde el 14 de noviembre de 2022, según informó la entidad con sede en Viena.
Este precio hace referencia a una canasta compuesta por trece variedades de petróleo, cada una correspondiente a un país miembro de la OPEP. La escalada de precios se ha mantenido firme desde principios de julio, periodo en el que tanto Arabia Saudí como Rusia decidieron implementar recortes significativos en sus suministros, reduciendo un total combinado de 1.3 millones de barriles diarios (mbd).
Los analistas del sector atribuyen este fenómeno a varias causas predominantes. Primero, la reciente confirmación por parte de Riad y Moscú sobre la extensión de estas medidas de reducción de suministro hasta el fin de año, ha fomentado una presión alcista sostenida sobre los «petroprecios».
Adicionalmente, el escenario se ha visto influenciado por una notable disminución en los niveles de inventarios de crudo en los Estados Unidos, factor que se une a un ambiente de escepticismo y cautela que prevalece en torno a la evolución económica de China, un actor significativo en el mercado global del petróleo.
Este complejo escenario destaca la fragilidad y la interdependencia de los mercados globales, donde decisiones unilaterales pueden tener un profundo impacto en las dinámicas de precios a nivel mundial. La alza continuada en los precios del crudo no solo afecta las economías a gran escala, sino que también tiene el potencial de trasladar estas presiones inflacionarias a los consumidores finales, influenciando desde los costos de transporte hasta los precios de bienes y servicios en general.
Con la confirmación de que los recortes de suministro continuarán en vigor hasta finales de año, los ojos están puestos en cómo los mercados responderán en los próximos meses y qué estrategias podrían adoptar los países miembros de la OPEP para estabilizar los precios en un entorno económico global aún marcado por incertidumbres.