El líder nicaragüense critica fuertemente a Gustavo Petro y Gabriel Boric, tras recibir comentarios adversos por la situación política en Nicaragua.
En un discurso marcado por fuertes críticas hacia sus homólogos de Colombia y Chile, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, no escatimó en adjetivos para referirse a Gustavo Petro y Gabriel Boric, a quienes nombró como «traidor» y «pinochetito», respectivamente, después de que estos manifestaran su preocupación por la situación de los opositores en Nicaragua.
Durante la conmemoración de los 44 años de la policía de Nicaragua, Ortega descalificó a Petro, asegurando que actualmente está al servicio de Estados Unidos, “un estado al servicio de los yanquis”, y lo acusó de haber «traicionado» a los guerrilleros con los que combatió en el pasado. Se refirió a él como alguien que abandonó su postura «antimperialista» y lo instó a cerrar las bases militares estadounidenses en Colombia. «¿Y qué esperás, Petro, para sacar las bases militares de los yanquis de Colombia?», cuestionó.
Estas palabras surgieron después de que el presidente colombiano expresara su solidaridad con la poeta nicaragüense Gioconda Belli, que reside en el exilio y denunció, a través de la red social X, la confiscación de su vivienda en Managua por parte del gobierno de Ortega. Petro, comparó la acción con las realizadas por la dictadura de Pinochet en Chile.
En respuesta a las críticas del presidente chileno, Gabriel Boric, Ortega lo tildó de «pinochetito», aludiendo a su supuesta falta de acción ante las represiones ocurridas durante las manifestaciones de 2019 en Chile, y cuestionó el incumplimiento de su promesa de llevar ante la justicia a los responsables de dichas represiones. Ortega afirmó: «Esos crímenes que no podés tapar, no podés taparlos, Boric, vos sos un pinochetito, Boric».
La controversia surge en un contexto de tensiones crecientes, donde Boric ha acusado al gobierno de Nicaragua de violaciones graves a los derechos humanos, incluyendo la represión de protestas en 2018 y el exilio forzado de líderes opositores y activistas, una situación que ha desencadenado una serie de desencuentros y críticas a nivel internacional.
La dialéctica entre los presidentes muestra un panorama de fuertes desencuentros políticos en el escenario latinoamericano, con Nicaragua en el foco de las críticas por su gestión en materia de derechos humanos y democracia.