En un inesperado giro, el presidente venezolano respalda la posición de Manuel Rosales, pero ¿a qué costo?
En lo que parece ser un desarrollo sorprendente, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mostró este lunes su apoyo a las declaraciones de Manuel Rosales, gobernador del estado Zulia, en torno al cese de las sanciones internacionales impuestas al gobierno venezolano.
A pesar de que dichas sanciones se establecieron como respuesta a violaciones a los derechos humanos y otras situaciones críticas atribuidas al régimen de Maduro, Rosales ha generado polémica y críticas en el seno de la oposición al solicitar su levantamiento. Un giro que, sin duda, plantea más preguntas que respuestas.
En un tono que podría interpretarse como buscando respaldo, Maduro señaló: “Estamos construyendo la recuperación de Venezuela a paso propio, pero el levantamiento de las sanciones aceleraría el proceso”. Este respaldo público a Rosales podría entenderse como un intento de forjar alianzas inesperadas, o quizás como una estrategia para ganar simpatía adicional en sectores específicos del país.
Las palabras de Maduro, más que una señal de aprobación, pueden sugerir una táctica en el complejo ajedrez político venezolano, donde los movimientos y las alianzas son, en ocasiones, tan volátiles como la economía del país.
La súbita camaradería entre Maduro y Rosales ha levantado cejas y suscitado escepticismo, planteando interrogantes sobre las verdaderas intenciones detrás de este respaldo.