Intervención en Tocorón: ¿Entrega pactada o verdadero operativo policial?
En una movida que ha generado polémica y desconfianza, los líderes del Centro Penitenciario Aragua, comúnmente conocido como Tocorón, han entregado la prisión al régimen de Nicolás Maduro. Sin embargo, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) levanta alarmas sobre la autenticidad del operativo.
La intervención policial, que ocurrió el 20 de septiembre, fue acordada con el líder del penal y jefe del «Tren de Aragua», Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias «Niño Guerrero», según denuncias del OVP.
La ONG destacó que «Niño Guerrero» y sus asociados más cercanos abandonaron la prisión días antes de que se desplegaran once mil oficiales para la operación. Este detalle ha llevado a especulaciones sobre un posible acuerdo previo.
La situación se complica con reportes de que muchos de los reclusos lograron escapar a través de túneles y se refugiaron en montañas cercanas. El OVP criticó la gestión del operativo, afirmando que no puede ser considerado exitoso cuando fue el propio liderazgo delincuente quien entregó el control de la prisión.
La exigencia ahora es clara: el OVP quiere que el gobierno muestre los rostros de los líderes del «Tren de Aragua», en especial a «Niño Guerrero», para confirmar la transparencia de la intervención. Además, ha pedido claridad sobre la cantidad de armas y vehículos que se encontraban en el penal.
Una de las preocupaciones más graves es la cantidad de reclusos desaparecidos. El OVP cuestiona la diferencia entre la población carcelaria inicial y la actual, sugiriendo que esto podría ser una de las mayores fugas de prisioneros en la historia del país y potencialmente a nivel mundial.
Las dudas no terminan ahí. Testimonios de vecinos indican que el operativo policial comenzó antes de lo anunciado oficialmente. Se menciona que las fuerzas de seguridad instruyeron a los comerciantes locales a cerrar temprano y ya estaban posicionados alrededor del penal horas antes. Durante la operación, los residentes cercanos a Tocorón estuvieron confinados en sus hogares, con interrupciones de electricidad y señal telefónica.