Su visita a Marsella: un recordatorio del drama humano en el Mediterráneo.
Marsella, epicentro de debates políticos y culturales en Europa, fue testigo de la llegada de un invitado que no suele pasar desapercibido: el papa Francisco. No es un viaje diplomático ni una gira de rockstars, sino un viaje cargado de mensaje y reflexión sobre una de las crisis más palpables de nuestra era: la migratoria.
«El Mediterráneo es un cementerio. Pero no el más grande: el cementerio más grande es el norte de África», compartió el pontífice en agosto. Es una cifra escalofriante: más de 28.000 almas han desaparecido en las aguas del Mediterráneo desde 2014, según datos de la OIM. Y sí, el Papa se aseguró de recordarlo durante su visita.
Frente a la basílica de Notre Dame de la Garde, conocida localmente como la «Buena Madre», Francisco rindió homenaje a esos migrantes que perdieron la batalla en su búsqueda de una vida mejor. Un memorial con vistas al vasto mar Mediterráneo sirvió como escenario de este acto solemne y cargado de significado.
Recordemos que, durante una visita previa a Lesbos, un punto caliente de la crisis migratoria, el papa lamentó el «naufragio de la civilización» que representa el abandono de estas personas. En Marsella, esas palabras resonaron una vez más, especialmente en un continente donde la acogida de migrantes se ha convertido en un tema de división política.
Es innegable, Europa está en un punto de inflexión. La reciente llegada masiva de migrantes a Lampedusa ha sacudido las estructuras de la Unión Europea, obligándola a buscar soluciones y afrontar esta ruta migratoria procedente del norte de África.
A pesar de los ecos políticos, el Papa Francisco subrayó que su viaje no tenía tintes oficiales hacia Francia. En su agenda: cerrar un encuentro entre jóvenes y obispos del Mediterráneo, tocando temas como las desigualdades, el diálogo interreligioso y, sí, también el cambio climático.
Porque al final del día, más allá de la política y la religión, estamos hablando de humanidad, y eso es algo que todos deberíamos poder entender.