El líder del PP intenta echar mano del Congreso, pero los números no están de su lado.
En un escenario que más parece sacado de una serie de política, Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular (PP), se lanzó al ruedo del Congreso de los Diputados con la esperanza de encabezar el próximo gobierno español. Sin embargo, la aritmética parlamentaria le hizo un elegante pero frustrante corte de mangas.
Con un discurso en el que el tono de rechazo a una posible amnistía para los independentistas catalanes fue inconfundible, Feijóo declaró: «Ni jurídica ni éticamente es aceptable» la amnistía. Además, no dejó pasar la ocasión para lanzar dardos a posibles pactos con el independentismo catalán que, según él, estaría gestionando el actual jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez.
Pero, a pesar de su firmeza y sus intentos por conectar con el alma constitucionalista del país, las cifras no acompañan a Feijóo. El PP logró 137 escaños en las elecciones generales. Sumando los 33 de Vox y dos más de partidos regionalistas, el contador se queda en 172, a cuatro del objetivo. Para Feijóo, es como estar a las puertas del paraíso y no tener la llave.
La cita con el destino será este miércoles 27 de septiembre. Si Feijóo no se saca un as bajo la manga y consigue la mayoría, tendrá otra oportunidad el viernes 29. Si vuelve a fallar, su candidatura quedará en la historia como otra de las que no pudieron ser.
España se encuentra, una vez más, en el borde de un escenario político impredecible. La pregunta en el aire es: ¿Tendrá Feijóo un plan B o se convertirá en otro líder en la lista de los que intentaron y no pudieron?