Francisco Poleo, director de El Nuevo País, desentraña el juego de poder detrás de la disputa por el Esequibo.
La tensión territorial que ha persistido entre Venezuela y Guyana sobre el Esequibo es más que una simple disputa geográfica; se sumerge en el profundo mar del petróleo y las ambiciones geopolíticas. Y en este juego, gigantes como ExxonMobil y Chevron son nombres recurrentes.
“Absolutamente comprensible que EEUU apoye a Guyana», expresó Francisco Poleo, director de El Nuevo País. «En el petróleo guyanés manda Exxon. Imagínate, como están las cosas en Rusia y en Arabia (con Moscú aislada por su invasión a Ucrania y Riyad pulseándole a Washington), controlar eso junto con el petróleo venezolano vía Chevron.»
Chevron, que juega un rol significativo en el petróleo venezolano, se ha erigido como una de las principales influencias en las negociaciones entre Caracas y Washington. La interconexión de intereses petroleros con la política internacional da una nueva dimensión a la disputa territorial.
Sin embargo, Poleo lanza una incógnita que sigue generando debate: «Lo incomprensible es que Chávez (en su momento) haya entregado el Esequibo a cambio de unos voticos del Caricom». Un recordatorio de que, en la política, todo tiene un precio y las decisiones pasadas tienen eco en el presente.