REAL MADRID

Real Madrid triunfa pese a la falta de puntería

Un relato de goles desperdiciados, una victoria merecida, y la destacada vuelta de Vinicius.

La jornada en el Bernabéu se tiñó de una victoria merecida pero no contundente del Real Madrid ante Las Palmas, un duelo marcado por las claras ocasiones desperdiciadas y la tensión palpable en el ambiente.

Pese a que el equipo de Ancelotti jugó como si tuviera los pies atados, los goles de Brahim y Joselu fueron suficientes para asegurar la victoria. Entre los focos de atención estuvo el regreso estelar de Vinicius, una luz brillante en la plantilla, y la desafortunada lesión de Alaba que nubló la celebración.

La vuelta de Vinicius fue un suspiro de alivio para el equipo y la afición. “¡Aleluya! No Vini, no party,” resonaba en los pasillos del Bernabéu. Ancelotti, sin embargo, guardaba la joya brasileña como un as bajo la manga, una medida preventiva teniendo en mente los próximos compromisos del equipo.

Las Palmas, sin mostrar grandes aspavientos, se presentó como un rival que, aunque no inquietó a los blancos, logró exponer la alarmante falta de precisión frente al arco. Joselu, en particular, pasó una noche amarga, desperdiciando oportunidades que podrían haber transformado la victoria en una goleada.

“Es alucinante ver cómo desperdician ocasión tras ocasión,” se podría escuchar en las conversaciones post-partido entre los fanáticos. La lesión de Alaba añadió sal a la herida, complicando aún más el panorama para Ancelotti.

Sin embargo, la magia no estaba completamente ausente. El gol de Brahim, aunque con un toque de fortuna, despertó la esperanza, y la precisión de los cabezazos de Joselu, finalmente encontrada, solidificó la victoria.

Con Vinicius en el campo, el Bernabéu se animó. El brasileño, con su energía característica, agitó el partido. Pero a pesar de la victoria, persistía una sensación de oportunidades perdidas, una victoria que pudo haber sido más contundente, una demostración de fuerza que quedó en el tintero.

El partido terminó con una sensación agridulce. La victoria era indiscutible, pero las sombras de las oportunidades perdidas y las lesiones ensombrecieron la celebración. Con Girona y Nápoles en el horizonte, las miradas están puestas en lo que el futuro puede deparar para un Real Madrid que busca redefinirse y reafirmar su dominio.