La ONG internacional se une a las voces que denuncian la detención arbitraria y tortura de activistas y ciudadanos.
En un grito contundente de justicia, Amnistía Internacional exigió la liberación inmediata de John Álvarez, un estudiante de Antropología de la Universidad Central de Venezuela (UCV), y otros presos políticos que, según la ONG, se encuentran detenidos arbitrariamente en Venezuela. Álvarez, quien ha sido supuestamente torturado por las fuerzas represoras del régimen de Nicolás Maduro, se ha convertido en un símbolo de la lucha por los derechos humanos en el país sudamericano.
Amnistía Internacional se ha pronunciado de manera clara y enfática, utilizando sus plataformas en redes sociales para reiterar su llamado. “Exigimos a Nicolás Maduro que libere inmediata e incondicionalmente a John Álvarez y a todas y todos los detenidos arbitrariamente por motivos políticos en Venezuela. ¡No Más Vidas Detenidas!”, publicó la organización en Twitter.
La lista de aquellos cuya liberación demanda Amnistía incluye a personas de diversos trasfondos, evidenciando la diversidad de los afectados por las detenciones. Entre ellos se encuentran comerciantes, periodistas, sindicalistas, defensores de los derechos humanos y padres de familia.
La organización denuncia que estas detenciones no son casos aislados. De acuerdo con su comunicado, se trata de una política sistemática de represión. “Estas detenciones forman parte de un ataque generalizado y sistemático contra la población de Venezuela y, por tanto, podrían constituir crímenes de lesa humanidad”, indica el documento.
En un país marcado por la polarización política, la economía en declive y las crisis humanitarias, el destino de John Álvarez y otros detenidos políticos se ha convertido en un tema candente. Mientras la presión internacional crece, la comunidad global aguarda respuestas y acciones concretas que aborden las preocupaciones crecientes en torno a los derechos humanos en Venezuela. La lucha por la libertad, la justicia y la dignidad humana continúa siendo una batalla cuesta arriba, pero organizaciones como Amnistía Internacional están decididas a no dejar que estas voces sean silenciadas.