La unidad PJ-UNT en cuestión mientras líderes expresan opiniones contradictorias.
Julio Borges, el actual vicepresidente de Asuntos Internacionales de Primero Justicia, ha desafiado públicamente las afirmaciones de Manuel Rosales, gobernador del estado Zulia, sobre la crisis migratoria venezolana. Rosales, que mostró una polémica postura de equidistancia, culpó este lunes tanto al régimen de Nicolás Maduro como a la oposición por la migración masiva de venezolanos.
«El único responsable de la migración de venezolanos es Maduro. Rechazamos que se quiera diluir en todos los venezolanos la responsabilidad de la dictadura en esta tragedia sin precedentes. No se debe perder el foco: Maduro y su banda son los culpables del sufrimiento del pueblo», afirmó Borges, marcando una distinción clara y directa de la postura de Rosales.
Esta divergencia de opiniones cobra mayor significado ya que Henrique Capriles Radonski, el precandidato presidencial de Primero Justicia en las primarias opositoras, es también el abanderado de Manuel Rosales y su partido Un Nuevo Tiempo en dichos comicios internos. La relación cercana entre Capriles Radonski y Rosales hace que las declaraciones de Borges sean aún más sorprendentes, ilustrando una aparente división no solo entre partidos opositores, sino dentro de las propias filas de Primero Justicia.
Francisco Poleo, director de El Nuevo País, advirtió en días pasados sobre esta disociación interna, destacando que tanto en Primero Justicia como en Voluntad Popular, «una cosa es lo que piensa el candidato y otra lo que piensan las autoridades del partido».
En un clima político cargado y una crisis humanitaria en curso, la capacidad de la oposición para presentar un frente unido y coherente es esencial. Las recientes declaraciones de Borges, en contraposición con las de Rosales, resaltan las tensiones internas y los desafíos que enfrenta la oposición en su lucha.