La ex presidenta de la Cámara recibe la orden de desalojar su oficina en el Capitolio por el nuevo presidente interino, Patrick McHenry.
La transición de poder en la Cámara rara vez se lleva a cabo sin conflictos, pero el último episodio entre la expresidenta Nancy Pelosi y el recién nombrado presidente interino, Patrick McHenry, lleva la rivalidad a nuevas alturas. Un simple correo electrónico marcó el inicio de una batalla por el espacio de la oficina que desencadenó una serie de reacciones públicas.
Un correo electrónico conciso y directo desde la oficina de McHenry aterrizó en la bandeja de entrada de Pelosi: «Voy a reasignar h-132 para uso de la oficina del presidente. Por favor, desalojen el espacio mañana». Una orden clara y sin ambigüedades, pero que llegó en un momento de duelo personal para Pelosi.
«Con todas las decisiones importantes que debe abordar el nuevo liderazgo republicano, que todos estamos esperando con impaciencia, una de las primeras medidas adoptadas por el nuevo Presidente Pro Tempore fue ordenarme que desalojara inmediatamente mi oficina en el Capitolio», compartió Pelosi en un comunicado. Se encontraba en California, honrando la memoria de su amiga de larga data, la senadora Dianne Feinstein.
La tradición y la cortesía, elementos esenciales en los pasillos del poder, parecían haberse desvanecido. Pelosi recordó tiempos más generosos, cuando ella misma había extendido la cortesía del espacio de oficina al expresidente Hastert. «El espacio de oficina no me importa, pero parece ser importante para ellos», apuntó Pelosi, lanzando un sutil gancho a las prioridades de la nueva administración.
Con la oficina de Pelosi en el edificio de oficinas Cannon House quedando como su bastión, y McHenry asumiendo su nuevo rol con autoridad, las próximas semanas serán reveladoras. «Ahora que el nuevo liderazgo republicano ha resuelto este importante asunto, esperemos que se pongan a trabajar en lo que es verdaderamente importante para el pueblo estadounidense», concluyó Pelosi, dibujando una línea en la arena y desafiando a la nueva administración a elevarse por encima de las peleas partidistas y a abordar los desafíos más acuciantes de la nación.