Las declaraciones ambiguas del presidente colombiano elevan las tensiones y despiertan preocupaciones en el ámbito diplomático internacional.
La reciente erupción del conflicto palestino-israelí ha sido acompañada por una serie de declaraciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, que han encendido el debate tanto a nivel nacional como internacional. Aunque es común que los líderes mundiales expresen sus perspectivas sobre los conflictos globales, las palabras de Petro han generado una mezcla de preocupación y consternación.
El embajador israelí en Colombia, Gali Dagan, no ha ocultado su desconcierto y preocupación. En una entrevista reciente con Blu Radio, Dagan expresó con claridad su postura. “Recibimos gran aporte de la comunidad internacional, de todos los países democráticos que dijeron en sus mensajes, condenaron primero el ataque brutal, el terrorismo, también dijeron y hablaron sobre el derecho de Israel de defenderse”, indicó, subrayando el apoyo internacional hacia Israel.
Petro, por su parte, ha generado ondas de choque con sus comentarios en las redes sociales. «Ya estuve en el campo de concentración de Auschwitz y ahora lo veo calcado en Gaza”, escribió en Twitter, una comparación que no sólo es históricamente cuestionable sino que también aumenta la temperatura en un debate ya caldeado.
Marcos Peckel, director de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia, no se quedó callado ante tales declaraciones. Respondió a Petro directamente a través de Twitter, señalando: “Presidente Petro, el carcelero de Gaza es Hamás, que ha impuesto un régimen de terror en la franja tras expulsar al gobierno legítimo palestino en 2007, mantiene a sus habitantes como rehenes y los utiliza como escudos humanos en sus constantes ataques a Israel”.
La retórica de Petro, marcada por la ambigüedad y la controversia, y la falta de una condena clara a los actos terroristas de Hamás, son problemáticas. En un momento en que la claridad y la contundencia son fundamentales, el presidente colombiano tiene la responsabilidad de expresarse con prudencia y consideración.