Informes sugieren la posible mano de Irán en el devastador ataque de Hamás, aunque Estados Unidos pide pruebas concretas mientras las tensiones regionales alcanzan un punto de ebullición.
Un nuevo capítulo se ha escrito en el ya tenso conflicto entre Israel y Hamás, con informes indicando que la Guardia Revolucionaria de Irán pudo haber jugado un papel en la preparación del ataque que ha costado la vida a más de 700 israelíes. El Wall Street Journal citó fuentes de Hamás y Hizbulá afirmando que desde agosto, Irán estuvo involucrado en la planificación y dio luz verde para el ataque.
Las reuniones celebradas en Beirut, entre oficiales iraníes, miembros de Hamás y representantes de Hizbulá, fueron claves para afinar los detalles del asalto. La retórica también se intensificó cuando el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, expresó públicamente que «el régimen sionista es un cáncer que está a punto de ser exterminado por el pueblo palestino.»
Sin embargo, en un giro de eventos, el Gobierno de Estados Unidos se ha distanciado de las afirmaciones de la implicación directa de Irán. “Aún no hemos visto pruebas de que Irán haya dirigido o esté detrás de este ataque en particular”, declaró el secretario de Estado Antony Blinken a la CNN. Aunque Blinken reconoció la larga relación de Teherán con grupos como Hamás y Hizbulá, la administración de Biden aún está esperando pruebas concretas.
A la luz de los eventos recientes, el Departamento de Estado de EE.UU. también ha sido enfático en aclarar que los fondos iraníes desbloqueados recientemente están estrictamente destinados a usos humanitarios. Las tensiones, no obstante, están lejos de disiparse, ya que la escalada de violencia ha dejado una cifra de muertos sin precedentes en Israel y ha causado considerables bajas en Gaza.
Mientras el mundo observa con ansiedad, la incertidumbre reina. Las implicaciones regionales y globales de la violencia actual y las sospechas en torno a la participación de Irán complican aún más una situación ya volátil. La complejidad de los intereses políticos, las alianzas y la seguridad en juego prometen hacer de este conflicto un punto focal en la geopolítica global en los próximos días y semanas.