Un edificio residencial se convierte en el blanco de un ataque que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, califica de «terrorista”.
En la fría oscuridad de la noche, la ciudad de Zaporiyia en Ucrania fue sacudida por el estruendo de un ataque con misiles. «Terrorista” es la palabra que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, eligió para describir la agresión rusa «contra un edificio residencial», un acto que ha sumido a la ciudad en un estado de horror y consternación.
«Zaporiyia. Ataques con misiles de los terroristas contra la ciudad, contra la infraestructura, contra un edificio residencial, un edificio normal de cinco plantas,” lamentó Zelenski en un mensaje en Telegram. Los apartamentos, hogares de familias, se vieron reducidos a escombros, testigos mudos de la violenta irrupción.
Los informes iniciales de las autoridades locales revelan un saldo sombrío de al menos dos muertos, cuatro heridos y tres desaparecidos. «8 apartamentos han sido destruidos”, escribió el mandatario. En medio de la devastación, equipos de rescate buscan desesperadamente señales de vida bajo los escombros.
«Las operaciones de rescate continúan,” añadió Zelenski, cuyo pésame a los familiares y amigos de las víctimas se tiñe de la indignación y la ira contra el «terror ruso». La condena del presidente ucraniano resuena en un país marcado por la invasión y la resistencia.
Seis misiles rasgaron la quietud de la noche, lanzados entre la 1:33 a.m. y la 1:48 a.m., de acuerdo con Yuriy Malashko, gobernador regional. Uno de ellos impactó con precisión mortal en un edificio de apartamentos, borrando del mapa los pisos 4, 5 y 6.
La escalada del conflicto se torna aún más oscura al recordar que este ataque ocurre pocas horas después de que Ucrania anunciara la utilización de misiles ATACMS estadounidenses contra posiciones militares rusas. Una danza mortal de fuego y acero que se desarrolla ante los ojos del mundo.
«Haremos todo lo posible para hacer que el Estado terrorista pague por su responsabilidad. El terrorismo ruso debe perder,” concluyó Zelenski. Un voto sombrío que se yergue sobre los escombros humeantes de un edificio que una vez fue hogar, y que ahora es un monumento a la tragedia de un conflicto que parece no tener fin.