Un paso hacia la justicia, pero con un camino aún por recorrer.
Henrique Capriles, líder destacado de Primero Justicia y expreso político, expresó sus sentimientos de alivio y celebración, pero también de una cautela persistente, tras la liberación de cinco presos políticos en Venezuela. Un momento agridulce, un suspiro de alivio manchado por la realidad de los que aún permanecen tras las rejas.
«La liberación en la noche de ayer de estos 5 presos políticos, que jamás debieron estar detenidos, son pasos en la búsqueda de que en Venezuela se acabe la persecución y haya justicia y democracia plena,» expresó Capriles en un comunicado lleno de emoción y resolución. Para él y muchos otros, cada liberación es una victoria, pero cada victoria es también un recordatorio del trabajo que queda por hacer.
«Anoche Juan Requesens, Mariana Barreto, Eurinel Rincón, Marco Garcés y Roland Carreño volvieron con sus familias pero no olvidamos a los más de 200 que siguen detenidos,» continuó Capriles. Cada nombre mencionado, una historia de resistencia; cada uno aún detenido, un testimonio continuo de la lucha por la justicia en Venezuela.
La liberación de Juan Requesens resuena particularmente fuerte para Capriles. «¡Siempre fuiste libre de conciencia, hoy libre de prisión!» exclamó, enfatizando la fortaleza interna que Requesens mantuvo durante sus años de encarcelamiento.
Pero en medio de la celebración, Capriles no pierde de vista el contexto más amplio. «Todo esfuerzo por devolverlos a la libertad siempre tendrán nuestro apoyo y por ellos seguiremos luchando,» afirmó, recordando a la nación y al mundo que cada liberación es un paso hacia una Venezuela donde la justicia y la democracia no son términos abstractos, sino realidades vividas.
Los pasos hacia la justicia, aunque frágiles y contados, están marcados por la resistencia y la esperanza. En palabras de Capriles, son «tiroteados y saboteados» pero también son evidencia de una determinación inquebrantable para forjar un futuro donde los venezolanos no estén divididos por muros de prisión o líneas políticas, sino unidos en la búsqueda común de un país libre de persecución.
En este momento de liberación, de reuniones emocionales y lágrimas de alivio, Capriles y otros líderes opositores no desvían la mirada de aquellos que aún aguardan su momento de libertad. Cada abrazo con un ser querido liberado se da con la conciencia de los brazos que aún están restringidos, y cada celebración se acompaña de una resolución renovada para continuar la lucha hasta que todos los presos políticos pisen suelo libre.