Los rebeldes hutíes de Yemen, con el apoyo de Irán, lanzan ataques contra Israel en solidaridad con Gaza.
El panorama en el Medio Oriente se vuelve cada vez más intrincado. Los rebeldes hutíes de Yemen, apoyados por el régimen iraní, han decidido sumarse a las tensiones regionales atacando el sur de Israel. Yahya Sria, portavoz del grupo, justificó el asalto aéreo como una acción impulsada por un «sentido de responsabilidad religiosa, moral, humanitaria y nacional» hacia la población de Gaza, según reportes de The Times of Israel.
En un mundo ideal, la paz y la cooperación deberían prevalecer en la región; sin embargo, la realidad dicta una narrativa diferente. Las “demandas del pueblo yemení” fueron citadas como el motor detrás de esta operación, marcando un precedente de cómo las tensiones en Gaza resuenan en la consciencia colectiva del mundo árabe.
Al ser interrogado sobre los drones lanzados hacia Eilat, en el sur de Israel, Abdelaziz bin Habtour, primer ministro del gobierno hutí, confirmó con firmeza que “Estos drones pertenecen al Estado yemení”. Un escenario que pone en evidencia la constante amenaza que enfrenta Israel en la región, y la necesidad imperativa de mantener una defensa sólida.
A pesar del escenario hostil, el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, intentó brindar una atmósfera de calma declarando que “No hay amenaza en esta región ni peligro”, una afirmación que busca mantener la tranquilidad en medio de la incertidumbre.
Los hutíes, desde su toma de la capital de Yemen en 2014, han estado en control de vastas áreas del país y ahora, al unirse con Hamas bajo el respaldo de Teherán, forman parte de un “eje de resistencia” que desafía la estabilidad en la región. Irán, por su parte, celebra los ataques contra Israel, aunque niega cualquier implicación directa o indirecta en el conflicto.
Este nuevo frente de tensiones evidencia la intrincada red de relaciones en el Medio Oriente y destaca la importancia de mantener una postura defensiva para asegurar la seguridad y la estabilidad en la región. Con actores externos entrando en la escena, la necesidad de una resolución pacífica se vuelve cada vez más crítica, aunque el camino hacia ella parece aún muy tortuoso.
El ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, señala que el conflicto entre Israel y Hamas se expande gradualmente, y llama a las «últimas oportunidades políticas» para detener la guerra. Sin embargo, con cada nueva ofensiva, el horizonte de paz se ve cada vez más distante, dejando a Israel en una posición donde la defensa se convierte en una prioridad indiscutible.