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El imperio caído: Sam Bankman-Fried y el fraude de los 10.000 millones

Condenado a más de cien años de prisión este jueves, pasó de rey de las criptomonedas a protagonista de uno de los escándalos financieros más grandes en EE.UU.

La caída de un titán de las criptomonedas ha sido sentenciada.

El jueves, el joven magnate de las finanzas digitales, Sam Bankman-Fried, fue declarado culpable por un jurado federal en Manhattan. Acusado de orquestar uno de los desfalcos más colosales de la historia estadounidense, se dice que Bankman-Fried, de solo 31 años, engañó a sus clientes por un monto que ronda los 10 mil millones de dólares.

«Él sabía que estaba mal, mintió al respecto y tomó medidas para ocultarlo», expresó el fiscal en el juicio, pintando un retrato de un hombre que se embolsilló fondos de inversionistas para gastarlos en influencia política y lujos personales.

Por su parte, Bankman-Fried sostuvo: «No cometí fraude».

Con un juicio que duró un mes, la trama de Bankman-Fried tuvo un giro cuando excolegas ejecutivos testificaron en su contra.

Su defensa arguyó que, si bien hubo errores y malos juicios, «las decisiones comerciales tomadas de buena fe no son motivo de condena». Ahora, enfrenta la posibilidad de pasar más de cien años tras las rejas, marcando un precedente alarmante en la era digital.

El caso resalta no solo la vertiginosa ascensión y caída de una de las figuras más prominentes de la esfera cripto sino también un llamado de atención sobre la fragilidad y la volatilidad de este mercado.

El futuro de la regulación cripto se vislumbra incierto, y el escándalo de FTX sirve como catalizador de una conversación urgente sobre la necesidad de transparencia y ética en la financiación digital moderna.