Rafael Poleo rememora su participación en operaciones militares venezolanas en el Esequibo

RAFAEL

El periodista venezolano desgrana la gestión del conflicto territorial del Esequibo y su visión de las operaciones políticas.

La trama del Esequibo y las amputaciones territoriales de Venezuela parecen sacadas de una novela de realismo mágico, pero son crudas realidades marcadas por la «incapacidad política» del país, así lo expresa Rafael Poleo, presidente editor de El Nuevo País y Zeta.

En la piel de un narrador que ha caminado y sobrevolado el Esequibo, Poleo despliega un relato que pinta la historia de este territorio como un lienzo de ambiciones políticas y maniobras internacionales.

«La historia de las amputaciones territoriales que ha sufrido Venezuela es la de su incapacidad política», dice Poleo, enfatizando la falta de astucia diplomática y la ausencia de unidad nacional.

Poleo, con su pluma afilada, no solo cuenta historias: las ha vivido. Relata sus propias expediciones por el Esequibo en los años 60, revelando capítulos de la tensión territorial que aún hoy siguen escribiéndose.

«Es obvio que la dictadura (de Nicolás Maduro) usará el despojo final del Esequibo, del cual es máxima culpable, para distraer en esa dirección la cólera de la nación que ella ha arruinado», señala el periodista, abriendo la puerta a la reflexión sobre la responsabilidad del gobierno en el manejo de este conflicto.

«Para mí, Esequibo es una realidad física. En 1967 lo caminé con el camarógrafo Mario Migliorini y un sargento de las Fuerzas Armadas. Lo filmado se analizó en el Ministerio de Defensa (de Venezuela) y algo se mostró en Radio Caracas Televisión (RCTV). Mucho después lo sobrevolé con José Rafael Revenga y mostré en Venevisión exploraciones petroleras en Esequibo», relató el periodista.

«El intento de incorporar a Venezuela el segmento Esequibo de Rupununi, audaz intento del presidente Raúl Leoni dirigido por Reinaldo Leandro Mora, se frustró por maniobras de un importante copeyano que tenía debilidad por Fidel. He relatado el episodio, que viví al lado de Reinaldo. Fue operación militar”, contó Poleo.

“Con la Guardia Nacional estuve en Anacoco haciendo el trabajo de inteligencia cuando recuperamos esa isla fluvial en la frontera del Esequibo. Leoni me condecoró en el Patio de Honor de la Escuela. Méritos para Mario Migliorini y Alfredo Ferrara. (…) Estados Unidos se opuso al intento venezolano en Rupununi, tras el cual el embajador Bernbaum y Tom Flores, jefe de la CIA en Caracas, nos invitaron a (Reinaldo) Leandro Mora y a mí a un almuerzo privado en el cual explicaron las razones de Washington (…)», continuó el editor.

El artículo de Poleo es una crónica viva de la geopolítica venezolana; una historia de territorio y poder que sigue sumando capítulos. Con el referéndum sobre el Esequibo en el horizonte, su voz se suma al coro de opiniones que buscan descifrar el futuro de esta tierra y su gente.

Salir de la versión móvil