La segunda visita del dictador ruso al cuartel en Rostov del Don subraya una guerra que entra en una nueva etapa con la llegada del invierno.
El dictador ruso, Vladimir Putin, marcó su presencia en el Distrito Militar Sur ubicado en Rostov del Don, reflejando su involucramiento directo en la evaluación de las operaciones militares en Ucrania mientras el conflicto se intensifica con la llegada del invierno.
Esta visita, que es la segunda en menos de un mes, tiene lugar en un momento crítico, cuando los combates se espera que se estanquen debido a las condiciones climáticas adversas.
El mandatario ruso, recibido por altos mandos militares, se interesó por los avances en el equipamiento y la estrategia de guerra, justo cuando el enfrentamiento supera los 21 meses de duración. Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, y reportes de la agencia estatal rusa Tass, Putin se informó sobre los «nuevos tipos de equipos militares» y la progresión del conflicto.
Esta revisión militar se da en el contexto de su retorno de Kazajistán, donde Putin buscó fortalecer lazos con la nación centroasiática, un aliado económico clave en un momento de tensiones crecientes con Occidente.
Simultáneamente a la visita de Putin, se reportaron ataques con drones sobre Ucrania, de los cuales la Fuerza Aérea ucraniana afirma haber interceptado la mayoría. A pesar de que un dron y un misil eludieron las defensas, no se reportaron daños inmediatos.
La insistencia de Putin en revisar las operaciones en Rostov del Don evidencia la importancia estratégica de esta región fronteriza y la determinación de Rusia en su ofensiva en Ucrania.
Con el conflicto entrando en una fase donde el desgaste se intensifica, las acciones de ambos lados serán decisivas en los meses venideros. El mundo observa con cautela mientras el invierno plantea nuevos desafíos y potencialmente una desaceleración en los avances militares en el frente de más de 1.000 kilómetros.