Nolan esquivó el horror de la bomba atómica.
La reciente producción de Christopher Nolan, «Oppenheimer», con una magistral actuación de Cillian Murphy, ha capturado la atención del público y la crítica, pero no sin generar controversia.
La elección de Nolan de omitir la representación del bombardeo atómico en Hiroshima y Nagasaki ha provocado un debate candente entre espectadores y cineastas, incluido Spike Lee, quien sugiere que el impacto en el pueblo japonés merecía atención en pantalla.
En respuesta, Nolan defiende su enfoque, centrado en la perspectiva subjetiva de Oppenheimer, quien no presenció directamente las atrocidades de su creación. Este enfoque ha intensificado la discusión sobre las responsabilidades éticas en la narrativa histórica cinematográfica y ha dejado a Nolan en un punto de reflexión sobre las consecuencias de la guerra y el legado de las armas nucleares.