Tras un hiato de tres años, los gobiernos de Venezuela y Paraguay se comprometen a restablecer relaciones diplomáticas y acreditar embajadores.
Los gobiernos de Venezuela y Paraguay decidieron tender puentes sobre el abismo diplomático que los separó en 2019.
En un anuncio que marca el comienzo de una nueva era de cooperación entre las dos naciones, el Palacio de Miraflores informó del acuerdo para restablecer relaciones diplomáticas y consulares, con la pronta acreditación de embajadores como señal de este renovado compromiso.
La decisión, que surgió tras un diálogo entre los presidentes Nicolás Maduro y Santiago Peña, refleja una voluntad conjunta de reactivar los lazos basados en principios de igualdad, autodeterminación y no injerencia, tal como lo destaca el comunicado de la Cancillería venezolana. Este entendimiento bilateral se proyecta como un paso hacia la consolidación de una amistad y solidaridad que, según expresiones de ambos gobiernos, es natural entre sus pueblos.
El acercamiento entre Caracas y Asunción no sólo simboliza una oportunidad para fortalecer las relaciones bilaterales, sino que también se alinea con un movimiento más amplio en la región. Países como Argentina, Colombia, Brasil, Honduras y Uruguay, a pesar de las divergencias ideológicas, han optado por reconocer y trabajar con el gobierno de Maduro, cerrando el capítulo del reconocimiento internacional al gobierno interino de Juan Guaidó.
En este contexto de cambio, Santiago Peña se ha pronunciado claramente sobre la necesidad de trabajar con Venezuela, manteniendo al mismo tiempo una postura crítica y firme en la defensa de los derechos humanos y la democracia. «Tenemos todo el derecho de ser siempre una voz firme por la defensa de los derechos humanos y pedir la realización de elecciones limpias, participativas y que no haya ninguna duda sobre las autoridades que tienen que juzgar», manifestó el mandatario paraguayo en una entrevista con BBC News.