La Vinotinto y la Tri reparten puntos en un duelo marcado por la cautela y la falta de claridad ofensiva.
El enfrentamiento entre la Vinotinto y la Tri culminó en un empate que deja a ambos equipos con sensaciones encontradas en las eliminatorias sudamericanas. La expectativa de un encuentro vibrante quedó en suspenso ante la táctica conservadora adoptada por ambos estrategas, que priorizaron la seguridad defensiva por sobre el riesgo ofensivo.
El partido arrancó con una controversia temprana, un gol ecuatoriano anulado por fuera de juego, lo que presagiaba una noche de alta tensión y precisión milimétrica. Ecuador buscó imponer condiciones, pero las imprecisiones le jugaron en contra, permitiendo que la Vinotinto, de la mano de Soteldo y Herrera, tomara las riendas del juego, aunque sin concretar en el marcador.
A pesar de los intentos de desequilibrio por parte de ambas selecciones, el miedo a un error que costara tres puntos fue el protagonista de la velada. Los momentos de mayor expectativa llegaron con remates de media distancia que no lograron romper el cero en el arco.
La segunda mitad mantuvo el guion del primer acto, con un Ecuador prudente y una Venezuela que buscaba pero no encontraba el camino al gol. Las acciones de Caicedo y Cifuentes pusieron a prueba al guardameta Romo, pero sin resultados concluyentes.
A medida que el reloj avanzaba, el juego se tornó aún más físico y disputado, con roces y disputas que desembocaron en interrupciones que enfriaron cualquier intento de continuidad en el juego. El empate se selló sin mayores sobresaltos, dejando un punto de satisfacción para ambas escuadras, que ahora se preparan para sus próximos desafíos en el camino hacia el mundial.