Líderes latinoamericanos se alinean para felicitar a Javier Milei

MILEY RIE

Desde Brasil hasta Chile, los presidentes de América Latina envían buenos deseos al flamante presidente argentino.

Las felicitaciones no se hicieron esperar tras el anuncio de que Javier Milei se alzó con la presidencia de Argentina. Presidentes y altos representantes de diversos países de Latinoamérica se pronunciaron para extender sus buenos deseos y confirmar su intención de mantener o estrechar lazos con la nación sureña.

Desde Brasil, Lula da Silva, quien ha sido blanco de críticas por parte de Milei, se mantuvo elevado y afirmó: «La democracia es la voz del pueblo». Con su característica diplomacia y sin mencionar directamente a Milei, Lula extendió una rama de olivo: «Brasil siempre estará a disposición para trabajar con los hermanos argentinos».

El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, se sumó al coro de saludos con una visión pragmática y vecinal: «Tenemos mucho para trabajar en conjunto y para mejorar nuestras relaciones bilaterales», destacando la importancia de una colaboración estrecha.

En el sur, Gabriel Boric de Chile expresó su disposición a colaborar con el gobierno entrante: «Al pueblo argentino le deseo lo mejor y sepan que siempre contarán con nuestro respeto y apoyo». Boric, conocido por su discurso inclusivo y progresista, subrayó el respeto a la elección del pueblo argentino.

Mientras tanto, el Perú enfocó su felicitación en los lazos históricos que unen a ambos países, deseando éxito a Milei y reiterando el compromiso de fortalecer la amistad y cooperación bilateral.

Incluso Guillermo Lasso de Ecuador, en la víspera de ceder la presidencia, no perdió la oportunidad de felicitar a Milei, destacando la importancia de este evento para la democracia en la región: «Los argentinos han elegido a Javier Milei como su nuevo presidente en un proceso democrático. El Gobierno del Ecuador felicita al Mandatario electo y le augura el mayor de los éxitos».

Este coro de felicitaciones deja entrever la importancia de Argentina en el tablero político y económico de América Latina y la disposición general de los líderes regionales a trabajar con la administración entrante, a pesar de las diferencias ideológicas y los desafíos que puedan presentarse.

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