Después de una serie de negociaciones clandestinas, se anticipa la liberación de los 50 rehenes retenidos por Hamas.
El ajedrez geopolítico juega una partida decisiva: la liberación de 50 rehenes en manos de Hamas es inminente. Este miércoles, después de un largo proceso de negociaciones tan sigilosas como críticas, se espera poner fin a uno de los secuestros más angustiantes del último tiempo.
La trama, que podría rivalizar con cualquier thriller de espías, involucra días de silencio estratégico, maniobras diplomáticas y la puesta en marcha de una misión secreta de Estados Unidos en Gaza.
«Fue una de las cosas más desgarradoras», comentó un alto funcionario de la Casa Blanca, refiriéndose a la llamada de Zoom del presidente Biden con las familias de los rehenes estadounidenses.
La emoción cruda de esas conversaciones humanizó las negociaciones y reforzó la determinación de buscar un desenlace seguro.
La coordinación de los esfuerzos entre Qatar, Egipto y la administración estadounidense bajo el liderazgo personal de Biden —quien mantuvo «en total 14 interacciones con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu» y múltiples conversaciones con otros líderes regionales— ha sido clave en este proceso.
El tejido fino de las negociaciones recayó en Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Biden, y en el trabajo meticuloso de Brett McGurk y Joshua Geltzer, quienes formaron una célula de crisis con Israel y Qatar. Las negociaciones, de una naturaleza extremadamente técnica, abordaron desde la creación de corredores humanitarios hasta la exigencia de una lista detallada de los rehenes.
El proceso ha estado marcado por la urgencia y el sigilo, con verificaciones de información en el terreno y un constante flujo de comunicación entre los actores clave. Los momentos de tensión y estancamiento en el diálogo se superaron gracias a la intervención directa de los líderes políticos, incluido Biden, quien desde San Francisco empujó los últimos hilos del acuerdo.
Ahora, con el gabinete de Israel aprobando el acuerdo de seis páginas, el escenario está listo para un final que muchos rezaban por presenciar. Si todo va según lo planeado, este episodio podría cerrarse no con un estallido, sino con el alivio de las familias que finalmente podrán abrazar a sus seres queridos. Un final que todos esperan sea solo el comienzo de una paz más duradera.
(Con información de Infobae)